|
CRITICA
Por: PACO CASADO
La acción de esta película está basada en el sexto de los video juegos creados por Kaname Fujioka, con una patrulla capitaneada por una mujer, la teniente Natalie Artemis, circulando por un árido desierto con sus leales soldados, cuando de repente son atacados por unos enormes y poderosos monstruos de apariencia parecida a los dinosaurios prehistóricos, de cuyos componentes varios caen muertos en la desigual batalla, en su desesperada lucha por la supervivencia, cuyas armas no les hacen ni cosquillas al poderoso enemigo.
Durante los 30 primeros minutos la lucha es constante sin un sólo momento de descanso.
De repente en la lejanía aparece un cazador local que lucha contra ellos de forma primitiva, con un arco y unas fechas o con lanzas, en lo que está más avezado en esta clase de pelea contra las enormes criaturas.
Hay también imágenes de un barco que con el tiempo aparecerá varado en la arena.
El cazador rescata a Artemis y ambos se refugian en una cueva a salvo de los monstruos y en cuanto tienen ocasión de salir acudirán a por las armas que habían quedado atrás.
Al cabo de una hora de proyección, por fin abandonan el desierto y llegan a una zona verde con árboles, agua y unos animales un tanto más normales que pastan en las orillas del lago.
Aparecen unos humanos, que los hacen prisioneros, que pretenden conquistar la Torre del Cielo. ¿Habrá secuela?
Siguen surgiendo más monstruos y al final nos quedamos in albis, por no desvelar más de lo que ocurre en los último metros de esta historia.
Esta es una más de las muchas producciones que ha llevado a cabo el matrimonio compuesto por Paul W.S. Anderson como director y la actriz Milla Jovovich como protagonista de todas estas aventuras como las que hicieron en el género de la ciencia ficción con la serie de Resident Evil (2002) y todas las que les siguieron después: Resident Evil 2: Apocalipsis (2004), Resident Evil: Extinción (2007), Resident Evil: Ultratumba (2010), Resident Evil: Venganza (2012) y Resident Evil: Capítulo final (2016).
Paul W.S. Anderson, acabada aquella serie se embarca ahora en esta coproducción realizada con actores prácticamente casi desconocidos, a excepción de Milla Jovovich y Ron Perlman, con un guion sin un argumento mínimo, con una dirección inexistente, en la que no hay un desarrollo de los personaje, con diálogos ridículos, una narrativa confusa, una oscura fotografía.
En ello se han empleado 60 millones de dólares que repartidos entre los cuatro países que intervienen en la coporducción les habrá supuesto poco dinero a cada uno.
Suponemos que la mayor parte se lo habrá llevado Japón en la elaboración de los monstruos.
En este caso el guion se basa en el videojuego de Kaname Fujioka publicado en 2004 en el que, como en la mayoría de ellos, de lo que se trata es de matar marcianitos, enemigos o monstruos, como ocurre esta vez.
Esta es la manera de entretenerse de la juventud de hoy sin tener que pensar en nada, perdiendo el tiempo en lugar de culturizarse leyendo un libro o viendo películas que tengan algo dentro y no esta auténtica basura, de la que poco más se pueda decir que no sea negativo.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
VIDEO ENTREVISTAS
PREMIERE