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CRITICA
Por: PACO CASADO
Una de las cosas que es importante a la hora de hacer una película como cualquier cosa en la vida, es saber las posibilidades y hasta donde se puede llegar. No querer abarcar más de lo que se puede, porque si no se corre el peligro de quedarse a medio camino o fracasar en el empeño.
Algo de esto ha ocurrido con este film y con Pascual Cervera, su realizador, hombre que comenzó en el cine con algunas pretensiones, haciendo cine infantil en la época en que estaba en vigor la protección a este tipo de cine y del que algunas producciones se han quedado en el voltio, sin ver siquiera la luz de las pantallas comerciales.
Cervera ha querido abarcar demasiado. Ha pretendido hacer una película a un nivel que no era posible, porque no disponía de actores ni medios.
Así resulta un guion complicado, donde se pretende introducir muchas cosas y al final no se logra nada.
Posee momentos pueriles y otros que por su planteamiento y desarrollo más bien mueven a la risa que la emoción que se quería.
Los actores son ridículos, con Paul Naschy en plan matón insoportable, siguiéndole el resto del reparto en el mismo tono.
Todo en el film es de una calidad bajísima lo que le hace ser una de las peores cintas que hemos visto en esta temporada.
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