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CRITICA
Por: PACO CASADO
La contemplación de este film nos recordó otro con el que tiene ciertos puntos de contacto: 'En busca de Bobby Fisher' (1993).
Como aquel, contiene partidas de ajedrez que han sido rodadas en el mismo parque.
Está también protagonizado por un niño y es igualmente la ópera prima, como realizador, de un guionista que decide poner en imágenes sus propios guiones, tal vez harto de que otros se los destrocen o lo hagan mal.
Hagamos las presentaciones. Boaz Yakin es un joven de 24 años entre cuyos guiones se encuentran los de 'Vengador' (1989), protagonizada por Dolph Lundgren y 'El principiante' (1990), dirigida e interpretada por Clint Eastwood.
Dos cintas de acción. 'Fresh' (1994) está también en esa línea, pero más sosegada, tranquila, inteligente y lúcida gracias a un sorprendente guion que va llevando al espectador por los caminos más insospechados, comenzando por el protagonismo que corre a cargo de un niño de color, de 12 años, que vive en un conflictivo barrio marginal, con su abuela y once primos, que hace el oficio de camello cuando va y viene al colegio para un capo de la droga que le tiene en gran estima por la seriedad y cumplimiento en su trabajo.
Fresh sabe vivir en ese mundo de violencia, pero mantiene su cabeza fría, al margen de todo, a distancia.
En sus ratos libres acude al parque a jugar al ajedrez con su padre, a quien tiene prohibido ver, que le enseña jugadas maestras, que él algún día tendrá que aplicar cuando decide salirse de ese enfangado mundo en que se encuentra.
Cuando llega el momento en que esa violencia que cada día pasa por su lado que mata a la niña que le gusta y a su mejor amigo, decide vengarse de aquellos que lo hicieron, de la manera más sutil e inteligente que pueda hacerlo un chico de su edad, provocando una feroz matanza entre los traficantes y de esa manera se tomará la justicia por su mano.
Fresh conseguirá salir de la trampa y de paso salvar a su hermana, pero tendrá que dejar de ver a su padre.
No hemos terminado de hacer las presentaciones.
El otro gran valor de esta película es el pequeño actor de 13 años Sam Nelson, un chico de color, de cara seria, de enormes ojos con los que expresa todos sus sentimientos: el dolor, el temor, la compasión y la rabia que lleva dentro.
Posee tan sólo una corta experiencia teatral, pero demuestra ser un actor de cuerpo entero a pesar de sus pocos años.
Con apenas cuarenta días de rodaje, con un guion de hierro, como los de antes, lleno de hallazgos, con una precisión de ajedrecista, pleno de giros argumentales y con una fuente inagotable de recursos, Boaz Yakin construye esta historia magníficamente escrita, repleta de miradas, de pensamientos, de silencios y de lágrimas.
Está narrada con un pulso sorprendente para ser un principiante, sobre una realidad tan dura y vergonzosa como la de la droga.
Junto a la interpretación de Sam Nelson hay que destacar el trabajo de Samuel L. Jackson, en el papel del padre, y Giancarlo Esposito, actor habitual de Spike Lee, como el rey de la heroína.
Esta cinta, presentada en diversos festivales de cine, ha obtenido galardones en los de Tokio premio de bronce, en Valladolid a la mejor dirección novel. Sundance Premio Spirit Independent a Sean Nelson. Trofeo Filmmakers al mejor film dramático y el especial del Jurado para Sean Nelson en el Festival de Sundance.
Una película estupenda que no hay que perderse.
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