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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras pasar por los festivales de Cannes, donde causó un gran revuelo, y el de San Sebastián, llega a las salas españolas 'Benedetta' (2021), del iconoclasta director Paul Verhoeven.
El guion de David Birke y Paul Verhoeven para esta película está inspirado en el libro Actos inmodestos: La vida de una monja lesbiana en la Italia del Renacimiento, escrito por Judith C. Brown, publicado en 1989, que cuenta la verdadera historia de Benedetta, una monja que vivió realmente en la Italia del siglo XVII, en plena propagación de la peste.
La novela, que está basada en hechos reales, trata un tema tabú como es la sexualidad en un convento de monjas y la homosexualidad que un día se produce entre dos de ellas.
La historia comienza cuando Benedetta Carlini (1591-1661), de origen noble, aún a sus cortos ocho años, ingresa en el convento de las Madres Teatinas de Pescia, en la Toscana, para tomar los hábitos tras pagar la dote.
Continua la narración dieciocho años después cuando ya ha pasado de novicia a monja.
Benedetta sufre perturbadoras visiones religiosas sobre Jesucristo del que dice que ella es su esposa y confiesa que le ha producido los estigmas que le han salido en las manos, que nunca llegamos a saber lo que hay de verdad en ellos.
Ante esas pesadillas que le aquejan, la reverenda madre abadesa le pone para que la asista a Bartolomea, una joven campesina recién llegada al convento, de baja extracción social, que huye de su abusivo padre y hermanos, que está como novicia.
La relación que se establece entre las dos mujeres termina convirtiéndose en una romántica historia de amor.
Entre tanto Benedetta le cae en sus manos hacerse con el poder de la casa, al ser nombrada como Madre superiora, desplazando así a Sor Felicita que lo venía siendo hasta ahora, sin por ello detenerse ante sus deseos carnales, antes al contrario fomentándolos.
El film está dirigido por el veterano realizador holandés Paul Verhoeven de 82 años y se sitúa claramente en la línea de su cine erótico que comenzó con Delicias holandesas (1971) a la que siguió Delicias turcas (1973) en el que la más celebrada fue Instinto básico (1992) con el famoso cruce de piernas de Sharon Stone, Showgirls (1995) y más recientemente Elle (2016), aunque tiene otra faceta de cine de acción con títulos como El cuarto hombre (1983), Los señores del acero (1985) y las más interesantes RoboCop (1987) y Desafío total (1990).
Aquí se podría decir que coinciden ambas tendencias, por una parte el erotismo y por otra esa lucha de poder por llevar la razón entre el Nuncio y Benedetta y a su vez contra Sor Felicita la anterior madre abadesa.
En esta cinta, que reflexiona sobre la mentira, la corrupción del poder o la espiritualidad, entran en contradicción dos elementos: por una parte el guion en el que se incluyen las escenas de sexo, de violencia en ocasiones por el poder y por otra parte la puesta en imágenes, mientras deja algunas cuestiones en el aire en saber quién tiene razón o dice la verdad.
Con respecto a lo primero no hace una crítica a la religión sino a la hipocresía de las instituciones religiosas quienes dictan las prohibiciones y después ellos no las cumplen.
Por la otra parte hay algo que no se le puede negar a Paul Verhoeven, y es que a sus 82 sabe hacer cine, elegir los escenarios y crear una perfecta ambientación de esta historia en el corazón de la Edad Media, aunque en el guion se encuentren algunas escenas de corte religioso con la corrupción eclesial y juicios insquisitoriales con torturas que llevaban a la hoguera, como sexuales que puedan molestar a algún sector del público.
Se crítica a la iglesia, a la religión a la política que tal vez no están bien documentados debido a una cierta ambigüedad.
Hay un espléndido trabajo de la veterana Charlotte Rampling, la mejor en este apartado, seguida por la actriz belga Virgina Efira con algunas salidas de tono en un gran duelo interpretativo..
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