|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Estamos ante una típica producción de aventuras, cuya acción se desarrolla en Zanzíbar en el año 1914, justo antes de la Primera Guerra Mundial.
Por ello nos resulta raro encontrarnos con una historia de este género, al que se le ha dado de lado últimamente prefiriendo los productores las de catástrofes o de monstruo animal del corte de Tiburón (1975) o King Kong (1976), que parece que están más de moda.
Resulta una buena muestra del género 'Gritar al diablo' (1976), un producto británico de altura, dirigido por Peter Hunt con soltura y cierta intencionalidad, con unos medios abundantes a su disposición, rodaje en África, con un guion inteligente que dosifica las peripecias una tras otra, al principio con un toque ligero más humorístico, para después ir tornándose en más dramático.
Flynn O'Flynn, un aventurero norteamericano, mete en la empresa a Sebastian Oldsmith, un caballero inglés, para ir a buscar marfil a territorio africano controlado por los alemanes para después venderlo.
Algo más tarde Inglaterra declara la guerra a Alemania y se ven metidos en el conflicto bélico.
Toda la película gira e torno a este tema y sobre los amores del gentleman con la guapa Rosa, la hija del americano, con quien llega a casarse hacia la mitad de la historia.
Cuando ya parecía que era el final de la misma, el relato vuelve a empezar y da un cierto giro con tono de venganza en el asunto.
Entre tanto, los dos hombres, en torno a los cuales gira toda la aventura, se pelean amigablemente a la manera en que actuó el propio Lee Marvin frente a John Wayne en el delicioso film de John Ford, La taberna del irlandés (1963).
La cinta tiene en su interior múltiples peripecias con las que entretener al espectador en las dos horas largas de duración, aunque el guion posee algún que otro bache.
No obstante ello es suplido por el buen hacer de su director, Peter Hunt, que introduce algunas escenas realizadas con una gran espectacularidad, como resulta la voladura del crucero blindado alemán SMS Blücher o el transporte de las cuadernas sobre gigantescas ruedas y otras parecidas o de corte similar.
La estupenda fotografía de Michael Reed también es un elemento positivo, ahora que los grandes formatos se abandonan cada vez más.
En el aspecto de la interpretación Lee Marvin hace el personaje de un desarrapado aventurero que está siempre borracho, encarnando a Flynn.
Mientras tanto Roger Moore repite sus gestos habituales en la personificación de Oldsmith, y la encantadora Rosa es encarnada por Barbara Parkins.
La película, bajo la apariencia de una simple aventura, contiene también una directa denuncia del colonialismo en África, con escenas significativas, como la recaudación de impuestos por las tribus del interior o las matanzas gratuitas de los elefantes para quitarles el marfil de sus colmillos.
Como curiosidad señalamos por último los títulos iniciales de Maurice Binder, que ya rotuló en otros tiempos las notables cabeceras de la serie de films de James Bond.
Cinta interesante, de corte espectacular, para pasar un buen rato, sobre todo para aquellos espectadores que gusten del casi olvidado género de aventuras.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE