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CRITICA
Por: PACO CASADO
Las películas de Santo el enmascarado de plata tan sólo tienen el aliciente de la lucha libre para los aficionados a este deporte.
Y al parecer son ya tantos films como llevamos vistos de esta serie mexicana, que nos da impresión de que se fuera agotando.
En 'El barón Brakola' (1967) al menos se dan muestras de ello y hasta se quieren ya adaptar otros temas al célebre justiciero enmascarado.
El malvado barón Brakola se despierta de su sueño de siglos para vengarse y derrotar al hombre de la máscara de plata.
Algo de eso ocurre aquí ya que se traslada la acción a varios siglos anteriores y se nos cuenta la historia de los antecedentes de los familiares y antepasados del personaje protagonista para justificar una acción que sucede en el presente que no dura ni la cuarta parte de la totalidad de la proyección, ya que el pretérito ocupa la mayor parte de la cinta.
Esto en cierto modo resulta ser un acierto, ya que así no se hace tan reiterativa con lo que ya se nos ha contado en otras aventuras anteriores.
La película busca claramente la comercialidad de la misma y para ello hace que las peleas, los combates y la violencia se alarguen el mayor tiempo posible, mostrándonos. por otra parte, toda la brutalidad que implica el deporte de las doce cuerdas en su modalidad de la lucha libre.
Lo que resulta ya intolerable es la base de la historia, en la que una vez más se incluye la consabida intervención de los vampiros.
La realización es de lo más torpe y la interpretación resulta vulgar, destacando no obstante de ello Fernando Osés, un luchador que tras lesionarse encontró un nuevo oficio en el cine, que encarna aquí el personaje del barón Brakola.
El film no ofrece nada nuevo en ambos sentidos, con la consabida ya habitual mala fotografía en blanco y negro que es habitual en las cintas de este género.
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