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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hubo un tiempo en el que el cine de catástrofe estuvo de moda y muchas de sus producciones estaban basadas en accidentes aéreos.
Ahora nos llega esta coproducción Francia-Bélgica que trata de un accidente aéreo, pero contemplado desde otro punto de vista.
Mathieu Vasseur, es un técnico de la BEA, que es la Oficina de Investigación y Análisis para la Seguridad de la Aviación Civil, una agencia de investigación francesa, que es toda una autoridad y responsable de las investigaciones de seguridad en la aviación civil, él es el investigador principal encargado de averiguar qué ocurrió en el caso del vuelo entre Dubái y París, durante el trayecto, antes de que el avión se estrellara en la cordillera de los Alpes.
El análisis de las cajas negras empujará a Mathieu a realizar su propia investigación en secreto.
El talentoso experto en el análisis de cajas negras, tiene la misión de descubrir los desconocidos motivos del accidente mortal que ocurrió en ese vuelo en el que murieron trescientos pasajeros y dieciséis miembros que formaban la tripulación, en el que se utilizaba por primera vez un nuevo modelo de avión, que al parecer, tenía problemas con los alerones del mismo.
Para aquellas personas que no conozcan el tema de las cajas negras de los aviones, les diremos que hay dos de ellas, una que registra los datos acerca de la actuación de los sistemas electrónicos del avión, mientras que en la otra se recogen todo el tema de los audios que se transmiten, desde las órdenes que da el comandante de la aeronave hasta las conversaciones que mantienen los propios pilotos durante el viaje o con el centro de control de vuelo que es quien marca la ruta a seguir y evitar que en esas invisibles carreteras del aire haya una colisión con otro avión que circule en la misma dirección o la contraria, algo que se establece en el llamado plan de vuelo que es seguido por los distintos Centros de control de vuelo habido a lo largo de la ruta, pasando el seguimiento de uno al siguiente, estando en contacto, minuto a minuto, constantemente hasta el aterrizaje en el destino final.
El guion escrito por tres guionistas más el director establece un seguimiento exhaustivo del caso algo en lo que se obsesiona con ello Mathieu Vasseur, así como el enigma que existe hacia otro investigador enviado al lugar del accidente, Viktor Pollock, del que nada se sabe y los giros que da la trama aumentan el suspense.
A través de los sonidos que quedaron grabados en una de las cajas negras, que se oyen mal debido a unos molestos ruidos ocasionados por una interferencia, se descubre que alguien entró en la cabina de los pilotos aprovechando que la auxiliar de vuelo les introduce la comida, por lo que se sospecha la posibilidad de un atentado terrorista dada la existencia de una persona árabe entre el pasaje.
Junto a la investigación transcurre la relación de Mathieu con Noémie, también una experta que se la disputan varias compañías.
Es muy interesante la trayectoria casi policiaca que lleva a cabo Mathieu, la pena es que en muchos momentos se utilizan algunos elementos electrónicos y palabras de técnicas aéreas e informáticas que no son asequibles al espectador lo que le puede suponer una cierta dificultad en su seguimiento.
Este es el cuarto largometraje del director francés Yann Goslan tras realizar dos cortos del que tan sólo se ha estrenado en España El hombre perfecto (2015) que no tuvimos ocasión de ver.
En este caso lleva el suspense y la intriga a buen ritmo lo que hace que no decaiga el interés por parte del espectador salvo el inconveniente antes apuntado, con un buen trabajo de Pierre Niney y en menor escala, dada su más breve papel, de Lou de Laäge como Noémie y el respaldo del veterano André Dussollier.
Esta película ha sido todo un éxito en Francia con más de un millón de espectadores.
Premio del público en los festivales Angulema y Reims.
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