|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta película, dirigida por el oscarizado William Friedkin por French Connection (1971) y director de El exorcista (1973), mezcla dos géneros que tienen bastante aceptación en el público, por lo que no extraña que alcanzara el número 1 en la taquilla en los Estados Unidos.
Por una parte el género bélico, que exalta los valores patrióticos y heroicos de un militar en tiempos de guerra que ha demostrado estar dispuesto a dar la vida por su país en varias contiendas, y por otro el thriller judicial.
El Coronel Terry Childers es juzgado por ser el responsable de la muerte de 83 personas en una manifestación ante la embajada norteamericana en Yemen, que ponía en riesgo la vida del embajador su familia y de los funcionarios.
Se le forma un consejo de guerra por salvaguardar la política exterior norteamericana, acusándole de haber violado las reglas de compromiso al disparar a civiles desarmados.
El acusado elige como abogado defensor a un amigo de armas, al que le salvó la vida en Vietnam, que accede a regañadientes.
Ambos tropiezan con una red de intereses políticos poco interesados en que se descubra la verdad.
Mientras, un político corrupto elimina las pruebas de su inocencia y aporta testigos falsos para enturbiar más el caso.
Al margen de los valores argumentales y castrenses, con los que no estamos de acuerdo, el film tiene momentos conseguidos, frente a otros en los que se estanca demasiado, a pesar del sólido reparto de primeras figuras que posee, entre los que destaca el duelo interpretativo de dos sólidos actores como Tommy Lee Jones y Samuel L. Jackson, en un interesante duelo interpretativo.
Indudablemente no es la mejor película de William Friedkin.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE