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CRITICA
Por: PACO CASADO
A lo largo de tanto tiempo produciendo películas del Oeste en Europa, pocas variantes se pueden dar en el género, cuando por otra parte todos insisten en contarnos una y otra vez las mismas cosas.
Generalmente todos se centran en torno a una venganza llevada a cabo por el protagonista, justificada por un mal hecho a él o a las personas queridas.
La única variación puede consistir en la forma de contarlo, con mayor o menor rigor según los casos y con más o menos medios al alcance del director para llevarla a efecto con garantías de éxito.
Otra diferencia puede ser el que abunde en mayor o menor cantidad la violencia y el sadismo empleado en mostrarla.
En este western netamente italiano, se vuelven a dar una vez más estas constantes. A pesar de la recomendación de que la venganza no deja más que un amargo sabor como el de la fruta verde, advertencia que le hace su padre al protagonista, éste insiste en llevarla a cabo.
Buena parte de la cinta se emplea en el adiestramiento del revolver a cargo de un pistolero consagrado, lo que sin ser nuevo, al menos distrae.
Lo demás está dentro de las líneas habituales del género. Cacique que trata de quitar las tierras, matones que avasallan, muertes y violencia, aunque no está expuesto como es costumbre en esta cinematografía, solamente en la cantidad necesaria para justificar unas conductas.
La realización es la habitual en el género, con nítida fotografía en color, no aprovechada y la interpretación adecuada a las pretensiones.
Una cinta más, en definitiva, que no aporta nada al inmortal género del western.
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