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CRITICA
Por: PACO CASADO
En el cine americano de vez en cuando surge una figura como la de Lawrence Kasdan, un hombre que con menos de 30 años era el creador de las historias de En busca del Arca perdida (1981), El imperio contraataca (1980), El retorno del Jedi (1983), entre otras.
Estas fueron su tarjeta de presentación para llegar a dirigir sus propios guiones.
Comienza recuperando viejos géneros como el cine negro y el western, con Fuego en el cuerpo (1981) y Silverado (1985), respectivamente, para terminar descubriendo otra faceta de su cine más intimista en Reencuentro (1983), El turista accidental (1988) y Grand Canyon (1991).
El Lawrence Kasdan que ha inaugurado el pasado Festival de cine de San Sebastián con 'Mumford' (1999) es el cineasta intimista, el estupendo conocedor del alma humana, al que le gustan las relaciones personales y el que está dispuesto a que todos nos entendamos mejor exponiendo los problemas que nos aquejan.
Para ello elige en 'Mumford' (1999) a un hombre que sabe escuchar, que atiende las cuestiones de los demás y usando el sentido común le da las soluciones adecuadas.
Es un psicólogo que llega a un pequeño y metafórico pueblo imaginario de la América profunda, se instala allí y abre su consulta, por donde pasa un sencillo multimillonario, una madre que compra cosas que no le hacen falta, un gordo que tiene sueños eróticos en los que se ve acomplejado, una adolescente anoréxica y una joven que sufre un cansancio crónico, entre otros insólitos pacientes.
Kasdan asegura que son casos reales y con ellos nos da una radiografía de la América actual, personajes que representan a sectores de una sociedad compuesta por individuos que, metidos en sus problemas, han perdido la capacidad de escuchar y se convierten en enfermos.
El director vuelve a sus temas queridos: la superación de un pasado hostil y la recuperación de valores como la amistad y el amor.
Estos individuos, que constituyen esta comedia coral, giran en torno al doctor de esta comunidad, en la que todos parecen estar un poco locos.
Él se reinventa a sí mismo y los demás encuentran en su consulta el alivio que buscan a sus respectivos males.
Kasdan hace un inteligente trabajo personal en este guion, con el que demuestra tener un profundo conocimiento del ser humano, con sus miserias y sus grandezas, para realizar esta modesta producción con aromas del mejor cine, con una elegante puesta en escena y una gran dirección de actores poco conocidos que se comportan de manera formidable, cada uno en el papel que le ha tocado en suerte.
Premio del Círculo de escritores españoles al mejor guion en el Festival de cine de San Sebastián.
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