|
CRITICA
Por: PACO CASADO
John Ford dijo en cierta ocasión que "entre la historia y la leyenda, es preferible filmar siempre la leyenda".
Jesse James ha sido siempre en el cine americano una fuente inagotable para muchos directores.
Casi todos ellos, con más o con menos calidad, dieron lo anecdótico, sofisticando la narración y haciendo un western más o menos al uso.
Walter Hill no desechó la leyenda pero la dotó de un mayor realismo en este caso.
No hizo una cinta de vaqueros vulgar en esta ocasión.
Estos bandidos, los James, los Younger y los Miller, eran soldados sudistas que perdieron la guerra, que regresaron a sus granjas, y que, para mejor vivir, robaban bancos a los yanquis, se casaban y les gustaba volver nuevamente al hogar al terminar cada atraco.
Walter Hill, el notable guionista de 'El hombre de Mackintosh' (1973), entre otras, hacía con ésta su cuarta película y su primera incursión en el género del western con bastante acierto en la que, curiosamente, cada familia de bandidos estaba interpretada por actores que son hermanos de verdad en la vida real.
Tenía influencias de los films dirigidos por Sam Peckinpah y también de los de Arthur Penn, con una destacada banda sonora compuesta por Ray Cooder.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE