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CRITICA
Por: PACO CASADO
Llevar a la pantalla una novela clásica siempre tiene un riesgo, máxime si ya existe una versión anterior de un maestro como es este el caso de 'Grandes esperanzas', de Charles Dickens, de la que en 1946 David Lean hizo una de sus mejores realizaciones con el título de Cadenas rotas.
No es de extrañar que Alfonso Cuarón se negara en redondo a una nueva adaptación y tan sólo aceptó cuando vio que se trataba de una muy libre reelaboración totalmente actualizada.
Se trata de la modernización de la obra clásica de Dickens en la que encuentra al desventurado Finnegan Bell como pintor en la ciudad de Nueva York persiguiendo a su altivo amor infantil no correspondido.
Finn es un niño pobre que vive de pequeño en una playa de Florida con su tío.
Un día ayuda a un preso a librarse de sus cadenas y en otra ocasión visita la villa del Paraíso perdido, donde habita una vieja dama, anclada en el tiempo, que fue abandonada ante el altar el día de su boda.
Vive de sus recuerdos y en compañía de la pequeña Estella.
Pasado el tiempo se volverán a encontrar en Nueva York, él convertido en un pintor famoso, ella a punto de casarse con un joven rico y apuesto.
El director mexicano Alfonso Cuarón transforma el melodrama victoriano que es la oscura y compleja novela de Charles Dickens en un film más cercano al realismo fantástico que al realismo social de las páginas del libro.
A todo le da ese aire entre misterioso e irreal.
La vieja mansión, cuyo jardín aún tiene los manteles y cubiertos de un banquete de boda que no se llegó a celebrar, lleno de hojarasca, en la que como única canción se escuchan variadas versiones de Bésame mucho.
Las pinturas de Finn, muestran la extraordinaria belleza de Estella como musa fría, altiva e inalcanzable, como el amor que se le escapa de los dedos.
Esa misma irrealidad parece que es la que Cuarón quiere darnos a través de los enfáticos planos de extrañas y rebuscadas angulaciones que parecen denotar la inestabilidad de los propios personajes, que no son dueños de sus vidas, como conducidas por extraños y ocultos hilos de marionetas.
Una pareja ideal en Ethan Hawke y Gwyneth Paltrow para las pretensiones que se desean para esta historia de amor romántico, con unos secundarios de lujo en Robert de Niro y Anne Bancroft.
Posee una hermosa partitura compuesta por Patrick Doyle para la banda sonora.
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