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CRITICA
Por: PACO CASADO
En estos momentos parece que el cine se ha olvidado de los dramas, de las comedias y tan sólo se hacen películas de acción, de superhéroes y de terror.
La franquicia de John Wick va ya por la cuarta entrega y en ella el protagonista descubre un camino para derrotar a La Alta Mesa, que ha puesto el precio de su cabeza cada vez más alto.
Pero antes de que pueda obtener su libertad de la organización, Wick debe enfrentarse a un nuevo enemigo, El Marqués de Gramont, con poderosas alianzas en todo el mundo y fuerzas que convierten a viejos amigos en auténticos enemigos y sigue sin olvidarse de su amada esposa.
Todo vale, los disparos de pistola, arcos con flechas, metralletas, katanas, navajas, puñetazos, caídas desde varios pisos o por escaleras, artes marciales, etc y todo sin un momento de respiro.
Si tomáramos la crítica de cualquiera de las dos entregas anteriores, ya que la primera John Wick. Otro día para matar (2014), no se estrenó en cines en España, puesto que se pasó directamente a las plataformas, valdría para esta cuarta.
El éxito de la primera dio origen a la segunda John Wick. Pacto de sangre (2017) y esta a su vez a la tercera John Wick 3. Parabellum (2019), que resultaron a cual peor.
Ahora nos llega esta cuarta 'John Wick 4' (2023) que pensamos que supera a todas las anteriores en el desastre que resulta su guion y la realización.
Con un argumento disparatado en el que da igual lo que ocurra en su mínima trama, ya que de lo que se trata es de filmar en largos planos lejanos, extensas secuencias de peleas interminables sin parar, inverosímiles e increíbles en cuanto a lo que sucede en ellas, mal filmadas que llegan a cansar, a aburrir y a originar la risa en muchos momentos en el espectador ante el exagerado esperpento que se le ofrece, con una gran cantidad de disparos y muertos, de situaciones al límite, mientras el protagonista sale siempre ileso, hasta en el duelo final con su principal enemigo al estilo antiguo, dando treinta pasos y disparando, veinte si no se acierta o diez finalmente hasta que uno de los dos caiga muerto.
Hay a lo largo del argumento un ciego que dispara divinamente y se carga a sus enemigos de forma maravillosa, un negro con su perro que es como un arma mortal, lo que a veces no logra su dueño con los disparos, con caídas increíbles a lo largo y ancho de las múltiples escaleras de Montmartre que conducen al Sagrado Corazón parisino y en fin qué más decir de este auténtico desastre de film que a buen seguro volverá a funcionar, como los anteriores lo hicieron o a un nivel parecido en la taquilla.
No sabemos si habrá una quinta entrega ya que no queremos hacer spoiler, pero ésta supera a las anteriores en duración y en mal realizada y dirigida.
La dirección de Chad Stahelski, un especialista metido en su día a director con esta serie de la que está al frente de la franquicia desde la primera, que dirigió en compañía de David Leitch y ya las otras las ha ¿dirigido? en solitario o simplemente ha puesto su nombre ya que en esta cuarta no hay más que peleas y muertos por doquier y eso es cuestión de los especialistas de las escenas de acción.
No se explica cómo un actor como Keanu Reeves, que ha hecho cosas mejores en otros tiempos, se presta últimamente a intervenir en estos desastres, como no sea por la pasta gansa que debe cobrar por ello.
Que los fans acudan como locos a la taquilla se explica, ya que hay gente para todo, pero que los críticos estén tan ciegos con esta franquicia no me cabe una explicación lógica.
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