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CRITICA
Por: PACO CASADO
Pocos vieron en la llegada del CinemaScope un mundo nuevo.
Esto fue lo que buscaron en el nuevo formato creadores como George Cukor, primero con 'Las Girls' (1957) y después con 'El multimillonario' (1960), alcanzando la madurez en el empleo de unos recursos que para el musical eran ideales.
Aparte de eso, se trata de una saladísima comedia, con toda la gracia del viejo cine cómico norteamericano, con un humor escénico y apoyado en los diálogos.
La historia no es muy original que digamos.
Desde el siglo XVIII, la familia francesa de los Clément ha sido multimillonaria.
El último de sus miembros es Jean-Marc Mark, que reside en Nueva York y demás de ser famoso por sus innumerables y saneanísimos negocios, lo es más por su impenitente soltería.
Cuando Jean-Marc se entera de que una compañía musical va a intentar ridiculizarle en una revista de Broadway, asiste a uno de los ensayos donde es tomado por un cómico que pretende el papel de Clément debido su gran parecido físico.
A Jean-Marc le divierte este juego, máximo cuando tiene que compartirlo con Amanda, la hermosa y guapa estrella protagonista del espectáculo.
Es la magia del guionista la que transforma la tradicional historieta del millonario enamorado de una corista, aunque ésta no tenga aprecio por el dinero.
Pero lejos de ser una novela rosa, es una comedia altamente poética y el final feliz no borra la sensación de angustiosa frustración de la vida del multimillonario ultrapoderoso, frente a la libertad creadora de un grupo de artistas pobres, pero llenos de fe en la importancia de su trabajo.
La dirección de George Cukor es espléndida, con un guion inteligente, lleno de gracia y de sinceridad.
Están muy bien los actores, con un excelente Yves Montand y con una magnífica Marilyn Monroe que está en el mejor momento de su carrera.
Espléndida la fotografía en CinemaScope y color.
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