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CRITICA
Por: PACO CASADO
Fernando Colomo, a la hora de dirigir una comedia, siempre suele dotarla de los elementos necesarios para que resulte fresca, jovial, espontánea y divertida.
Es algo que lleva aparejado su cine desde la primera película, 'Tigres de papel' (1977), aunque en más de una ocasión nos ha confesado que todo está más estudiado y aprendido de lo que aparenta en la pantalla.
En esta ocasión Colomo ha hecho un experimento con jóvenes actores, entonces desconocidos, sin el agobio y la presión de los divos, y sabiéndose respaldado por un aceptable presupuesto de una cadena de televisión, ya que en principio tal era el destino de este film, planteado como un telefilm, rodado con pocos medios, con actores desconocidos en en 16 mm. lo que en cierto modo es como volver a los principios.
Para que no quedara en una simple y única exhibición en la pequeña pantalla se ha accedido a que pueda ser exhibida en las salas comerciales, esta divertida comedia en torno a las vivencias y primeras experiencias de un joven de 18 años que lamenta no haber perdido la virginidad a esa edad, ya que sus compañeros en cambio presumen de ello.
Es un currante dedicado a la limpieza nocturna de unos grandes almacenes, y esa es su máxima preocupación, pero sus temores se hacen extensibles al hecho de que no quiere que nadie sepa que todavía es virgen, porque en su barrio todo el mundo lo conoce.
Durante su trabajo de noche toma prestado lo necesario para hacerse pasar por un niño rico y poder ligar a una chica de buena posición, cosa que consigue, cuando un día conoce a Elizabeth, pero su ligue es tan irreal como su pretendida fortuna.
Es una de las películas menos conocida y valorada por la crítica de Fernando Colomo en la que expone la inquietud de la juventud actual que desea tanto correr en el tema sexual y después resulta tan desencantada cuando llega al matrimonio, aumentando los divorcios y separaciones cada día más.
Otro de los temas es la crítica a los programas televisivos, siempre pendientes de aumentar la audiencia, aunque para ello tengan que ofrecer la más detestable basura o jugar con la intimidad de las personas y sus sentimientos más recónditos en los programas del corazón.
Colomo intentó realizar un juego entre la verdad y la mentira, conceptos encarnados en el cine y la televisión respectivamente
Entre situaciones divertidas este cuento de la cenicienta hace pasar el rato, con unos actores jóvenes que resultan desenvueltos y naturales.
Lástima que Diana Gálvez perdiera la vida en un desgraciado accidente, porque podía haber tenido por delante una estupenda carrera, como de hecho está sucediendo con los otros dos protagonistas masculinos.
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