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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cuando se hace una producción basada en la historia o relativa a una institución de un país, los realizadores deben tener un respeto que no desmerezca con el prestigio y tradición de la misma.
Ignacio F. Iquino da muestras de querer hacer un homenaje a la Guardia Civil, pero la película resulta realmente ridícula.
Es algo así como si hubiera hecho un escrito elogioso de recuerdos, de historia, pero repleto de faltas de ortografía, de redacción y borrones de tinta.
Por ello este film nos parece una falta de educación y se conoce el dicho de "a tal señor, tal honor".
A la Guardia Civil, a su héroes, a su trabajo diario de vigilancia por la paz y la justicia, no le va este indigno homenaje que peca de insuficiencia.
Se podía haber contentado Iquino con un escrito personal como muestra de admiración en lugar de hacer esto.
Acabadas las guerras carlistas el capitán Fernando del Castillo regresa a Córdoba donde comprueba que su casa ha sido confiscada y su hermano se ha casado con la que iba a ser su esposa.
Francisco Javier Girón, II Duque de Ahumada, consciente del valor del militar, le ofrece un puesto en el recién creado Instituto de la Guardia Civil.
Pronto comenzarán las acciones que apresarán a bandoleros y protegerán al pueblo de los abusos de los caciques.
El argumento se ha desviado de su centro, ya que por no hacer muy descarado el elogio se ha apartado de lo que interesaba.
El folletinesco problema personal del protagonista oculta la lucha de la creación del Cuerpo en medio de intensas luchas políticas cuando la nación se encontraba en un momento difícil.
El desarrollo del guion nos parece incompleto.
El intento de dar paralelamente la vida personal y oficial del personaje central es equivocado ya que mezcla el folletín lacrimoso con la historia pura y desnuda.
Debería haber recordado los bellos títulos de John Ford sobre el Ejército americano, su querida Caballería a la que ha sabido darle junto con el tono humano profundo, el alma recia y mítica de la disciplina y el deber.
Técnicamente 'El primer cuartel' (1966) tiene defectos que saltan a la vista, como el mal uso del color y la iluminación ya que en muchas escenas se notan las fuentes de luz artificial mal puestas, y los colores azules atosigan constantemente.
El rimo de la acción es entrecortado, las escenas están ausentes de personalidad.
No se pueden advertir los matices en el desarrollo de los caracteres de los personajes debido a la floja dirección de los actores, que dan la impresión de muñecos, de marionetas, lo que se acusa más en los planos cercanos.
En definitiva una cinta fallida de tan baja calidad que no se puede considerar un homenaje a la Guardia Civil como se ha pretendido.
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