|
CRITICA
Por: PACO CASADO
No han faltado a lo largo de la historia del cine producciones que llevaran a la pantalla la figura de Napoleón Bonparte.
Se podrían citar algunas como la muda 'Napoleón' (1927) de Abel Gance, y las sonoras 'Desirée' (1954) de Henry Koster, 'Napoleón' (1955) de Sacha Guitry, 'Guerra y Paz' (1956) de King Vidor entre otras por nombrar sólo las más conocidas, aunque en algunas no fuera la figura central.
En este 'Napoleón' (2023) de Ridley Scott echa una mirada personal a los orígenes del líder militar y a su rápido y despiadado ascenso al trono de emperador del vecino país francés.
La historia está mostrada a través del enfoque de la lente de la inestable y cautivadora relación adictiva de Napoleón Bonaparte con su esposa, el único y verdadero amor de su vida: Josefina de Beauharnais, un hombre que gobernó Francia durante diez años desde 1804 a 1814.
El guion de David Scarpa se ajusta bastante bien a los hechos históricos, que se narran de forma lineal, sin suspense, puesto que es conocida su historia, aunque es poco menos que imposible comprimir una vida con tanta intensidad, como la este hombre, en algo más de dos horas y media en esta edición reducida de las cuatro horas que dura la original, que posteriormente se podrá ver en las plataformas, en la que posiblemente quede más completa esta visión de algunos hechos históricos que aquí echamos de menos.
No obstante no hay que restarle mérito a la gran cantidad de batallas, como la de Austerlitz o Waterloo, a los grandes movimientos de masas, a las estrategias militares llevadas a cabo en las que poco o nada han debido tener que ver los efectos digitales, ya que se nota un gran realismo y presencia humana en cada una de ellas.
La película es un espectáculo épico pleno de acción que nos ofrece una perspectiva íntima de los orígenes de este hombre como simple oficial en su rápido ascenso y la posterior caída tras lograr conquistar casi media Europa, a lo que volvió tras su destierro en la isla mediterránea de Elba y de nuevo en otra isla más distante como la de Santa Elena en el Atlántico en la que finalmente vivió hasta su muerte.
El film es una carrera hacia el poder, mostrando sus tácticas de guerra y su políticas, con secuencias de batallas realmente impresionantes, comenzando con la ejecución en 1793 en la guillotina de María Antonieta como dato previo de la revolución francesa.
Napoleón Bonaparte es uno de los hombres más importantes de la historia, cuyo ascenso al poder y sus campañas militares han influido en hombres célebres posteriores como el británico Winston Churchill.
Demostró que un buen líder no depende de su clase social a la que pertenezca, cuya vida fue como una batalla más, no solo en la guerra sino también en el aspecto íntimo y personal con su esposa Josefina en su afán de querer tener un heredero que no llegaba y que tuvo que buscarlo fuera del matrimonio.
Tan sólo un director como Ridley Scott es capaz de hacer una cinta como esta, que le convierte en el Cecil B. de Mille de nuestro tiempo, capaz de hacer realidad el que fue el sueño de Stanley Kubrick que no llegó a poder cumplir, como ya lo demostró con otra producción espectacular como la de 'Gladiator' (2000) y ahora con Napoleón, otro de los grandes.
Por su parte sobre Joquin Phoenix recae el peso de la película al encarnar la figura central de este drama histórico, que comienza como simple oficial y va ascendiendo y pareciéndose cada vez más a la figura real histórica del personaje que interpreta.
En un segundo término queda Vanessa Kirby en el papel de la emperatriz Josefina como la mujer que fue capaz de aguantar y sostener al hombre que tenía a su lado.
A la puesta en escena y dirección de Ridley Scott no creemos que se pueda poner pega.
No obstante el film ha sido criticado en Francia por faltar a la realidad histórica y por hacer un juicio de la primera mitad del siglo XIX que algunos tachan de ausencia de rigor, aunque las visiones del tema sean muy diferentes a través de la historia.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
VIDEO ENTREVISTAS
PREMIERE