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CRITICA
Por: PACO CASADO
Las películas que más guerra dan a los críticos son las de producción media.
Estas cintas no tienen pretensiones artísticas y en la mayoría de las veces tampoco valores comerciales o espectaculares.
En este sentido las francesas son de lo más anodino que existe.
En este caso se mezcla la aventura con un problema amoroso que llega a tener tintes de folletín, por lo mal caracterizado de los personajes, que en su mayoría quedan sin delinear, sin delimitar mientras se pierden metros y metros en interponer una acción que para el desarrollo de la trama es indiferente y todo lo que hace es machacar sobre algo que de referencia más o menos concretas se le había dado con anterioridad al espectador que sufridamente permanece en la butaca.
Las reacciones de los personajes no se justifican ni los justifican en absoluto.
Todo ello conduce a un drama folletinesco que no lo parece por la finura de tratamiento habitual del cine francés que no suele recargar las tintas a diferencia del cine italiano que con frecuencia se mete demasiado en profundidades de sentimentalismos, contemplándolo el francés con distanciamiento y frialdad.
Bernard Borderie mediocre realizador y en este caso también guionista no hace apenas nada por salvar la catástrofe, Auric en la música no tiene apenas trabajo y poco lucido y en la interpretación encontramos a todos a un bajo nivel.
El adulterio es la objeción moral principal para calificar esta película con la censura de mayores.
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