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CRITICA
Por: PACO CASADO
Las obras de los utreranos hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero han tenido siempre mucho atractivo para los directores de nuestro cine español, ya que han sido llevadas a la gran pantalla en varias ocasiones, como así ha ocurrido con esta que comentamos en esta ocasión, 'Malvaloca' (1942), dirigida por Luis Marquina.
La primera vez que esta obra se llevó a la pantalla fue en el año 1926, bajo la dirección de Benito Perojo, con Lidia Gutiérrez, Manuel San Germán y Javier de Rivera encabezando el reparto, en una versión muda.
La segunda es esta que comentamos que data de 1942, dirigida por Luis Marquina, con Amparito Rivelles, Alfredo Mayo y Manuel Luna como principales protagonistas.
Y aún hubo otra tercera que data del año 1954 y la realización estuvo a cargo del director Ramón Torrado, siendo protagonizada por Paquita Rico, Peter Damon y Miguel Ligero.
La acción se desarrolla en este caso en los años cuarenta.
Esta es la historia de Rosita, una buena chica, humilde, pero hermosa y simpática, una guapa andaluza, a la que apodan Malvaloca, que vive con sus padres que no le prestan mucha atención.
Tras ser abandonada por un hombre, que la ha dejado embarazada, finalmente tiene una hija.
Poco después conoce a un chico, Salvador, y tras tener un accidente, se enamora del amigo de éste, Leonardo, un joven asturiano que se ha quedado en Andalucía, con el que tratará de redimirse de su proceloso pasado que ha marcado toda su vida.
Entre tanto, los dos hombres, que tienen una fragua, refunden la campana del convento que se había roto.
Como decíamos esta es la segunda versión fílmica de esta obra escénica de los Álvarez Quintero, entrenada en 1912, que como todas suyas tiene un sabor muy andaluz.
Esta vez se basaron en una copla de donde extrajeron el argumento de esta dramática historia.
Es de tener en cuenta el momento de su realización en unos años con una guerra recién terminada y un nuevo régimen represor.
Era una época en la que nuestro cine gustaba de reproducir el pintoresquismo de Andalucía, a veces, la mayoría, cayendo en el tópico del folklore o las costumbres de nuestra tierra, por lo que con frecuencia se fijaba la atención en los autores andaluces y sus obras eran repetidas una y otra vez en nuevas versiones protagonizadas por la cantante de moda en esos momentos.
En esta ocasión sirvió para que Amparito Rivelles ofreciera una notable muestra de su dimensión dramática, junto a Alfredo Mayo, al margen de lo que parece fue un idilio amoroso durante el rodaje, lo cierto es que la pareja funcionaba muy bien, llegando a convertirse en la más popular del cine español a lo largo de la década de los años cuarenta.
Entre los films que contaron con la aportación de ambos cabe destacar esta 'Malvaloca' (1942) de tendencias dramáticas y folklóricas.
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