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CRITICA
Por: PACO CASADO
John Ford trabaja aquí al servicio de un guion inconsistente, que trata de concretar una idea vaga.
Esta es la biografía de un hombre, un ser sin importancia carente de relevancia humana, el aviador de la marina estaodunidense Frank W. Spig Wead, un aventurero alborotador y amante de la diversión que también es un feroz defensor de la aviación naval, al que John Wayne presta su figura con un gran entusiasmo y John Ford, por su parte, aporta toda su sabiduría como notable director.
Esta película pretender ser la biografía de Frank W. "Spig" Wead, en la que se expone su dedicación a la promoción del programa de vuelo de la Marina, lo que incluso afecta a su vida familiar.
Cuando un día tiene un accidente que lo deja paralizado en su actividad, se dedica a escribir guiones para el cine en los que expresa su amor por volar.
A pesar de la parálisis que le provocó el accidente, suplica que lo reintegren a la Marina en la que piensa que aún le queda algo que hacer.
Cuando John Ford narra las cosas vulgares que le ocurren a Frank y a Minnie Wead, su esposa, en su matrimonio, vale, la historia funciona.
Pero cuando se empeña en exaltar la figura de este personaje que fue realmente insignificante, fracasa en cierto sentido.
Las constantes del artista aparecen, pues, dispersas, sin unidad necesaria.
El film es mucho mejor de forma y estilo que de contenido, con una extraordinaria calidad en el lenguaje que emplea, en su habilidad con la dirección de los actores y con el dominio de los recursos fílmicos.
La cinta es un puro virtuosismo sin sabor, salvo en ciertos momentos aislados.
Pesa a ratos debido a su extenso metraje y sin embargo divierte fácilmente en otros.
La película se centra en el personaje y sus relaciones, al mismo tiempo que es un homenaje a este hombre que fue un buen amigo de John Ford.
Posee un estupendo manejo de la fotografía en technicolor.
Resulta algo pobre la música que ha compuesto Jeff Alexander.
Sin embargo la capacidad directiva del veterano John Ford nos ofrece escenas que son realmente antológicas en su concepción.
Resulta espléndido el trabajo que realizan John Wayne y Maureen O'Hara que hacen un auténtico milagro con sus respectivos personajes.
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