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CRITICA
Por: PACO CASADO
Uno de los caminos que se abren a los realizadores jóvenes que salen de la Escuela Oficial de Cinematografía con su diploma bajo el brazo es el de dirigir cine infantil si no quieren permanecer cruzados de brazos mientras les llega su oportunidad.
El cine infantil está protegido en España por diversas disposiciones oficiales y algunos productores hasta lo consideran un "negocio", debido a las subvenciones de que dispone por los diversos organismos.
En Gijón se celebra anualmente un certamen internacional de cine y televisión. En el pasado de 1965 que hacia el tercero de los celebrados, se presentó el largometraje "El rayo desintegrador", que obtuvo el segundo premio Platero de plata, y el premio de cine en siete días, y en donde compitieron películas como "Mary Poppins".
Hace falta estar cegato para considerar esta cinta mejor que la producción de Walt Disney, o ser demasiado patriotero.
"El rayo desintegrador" es un producto salido de los tebeos infantiles, y hasta así comienza, narrando en viñetas lo que había antecedido a lo que iba a constituir la medida argumental del film.
Pero al igual que estas revistas infantiles se ha hecho esta película, con la misma simplicidad y sencillez.
Pero para que nada falte se cae en el tópico de la incomprensión, burdamente puesta, por parte de los mayores hacia el mundo infantil fantasioso por naturaleza.
Nosotros creemos que se sigue sin encontrar el camino del auténtico cine infantil en España, a pesar de todos los intentos que en este sentido se están haciendo.
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