|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Xavier Villaverde, es un realizador gallego de 40 años, que debutó hace nueve con 'Continental' (1989), que no tuvo mucha fortuna a la hora de su distribución.
Ahora vuelve de nuevo al cine, tras una etapa como realizador publicitario, para hacer su segundo largometraje, 'Finisterre' (1998), basado en una idea propia que tiene algo de autobiográfica.
Es la historia de dos hermanos, Berto y Mario, que viven en la Costa de la Muerte gallega, en Finisterre.
Allí se establecieron sus progenitores, en los años sesenta.
El padre les abandonó en busca de unos ideales de libertad que no acababa de encontrar.
La madre sigue anclada a sus ideas y tradiciones.
El mayor de ellos, Berto, un día sigue los pasos del padre, pero le promete a su hermano que volverá para buscarlo y seguir viviendo juntos.
Los dos hermanos hace seis años que no se ven, desde que el mayor se escapó de casa siguiendo los pasos de su padre.
Ahora se vuelven a encontrar a la salida de la cárcel donde el menor estaba recluido por insumiso.
Berto ha ido a recoger a su hermano, pero en su cabeza tiene un plan: cumplir la promesa que le hizo cuando eran unos niños.
Esta película es una road movie por partida doble.
Por un lado el camino que recorren ambos entre Galicia, Madrid y Lisboa, por otro al viaje interior de los personajes donde encontrarán lo que buscan.
Los dos hermanos son dos formas distintas de ver la vida, como lo eran sus padres, a los que han salido cada uno de ellos.
El padre es un hombre fracasado, mientras que la madre mantiene intactos sus ideales y le ha insuflado el valor de la rebeldía a su hijo pequeño, Mario.
Esto se reviste de una intriga policía para dar más emoción al relato en el que entra también la novia de Berto que pone el aspecto sexual de esta aventura.
Todo ello para contar una historia marcada por la soledad, el desarraigo, el abandono y la necesidad que tenemos todos de los lazos familiares.
En ella se ha querido ver una metáfora sobre la pérdida de valores de una generación que fue capaz de organizar el mayo del 68 y cuyo relevo generacional no tiene nuevos ideales ni las inquietudes de aquellos jóvenes.
A pesar de ser una producción gallega, se ha tenido esta vez el acierto de contar una historia universal y no hacerla localista, como ha ocurrido otras veces.
De lo que se duda es que el procedimiento empleado sea el más idóneo.
El guion abusa de la voz en off y de un exceso en los diálogos. A cambio posee una buena interpretación de los cinco actores. Sorprende positivamente el trabajo realizado por el debutante Javier Alcides y más esperada la labor de los demás.
Interesante la música de José Nieto y la fotografía de Javier Salmones y donde más acierta la dirección de Xavier Villaverde es en la labor que hace con los intérpretes.
Un film cargado de buenas intenciones que tan sólo logra en parte.
Premio a la fotografía en el Festival Avanca.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
TRÁILER'S
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE