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CRITICA
Por: PACO CASADO
Un país suele importar un producto cuando está falto de él y le es de vital importancia.
El cine nacional es bastante malo y por ello no creemos que necesite importar algo aún peor.
La cinematografía mexicana tan solo tiene dos o tres hombres a los que se le puedan ver sus películas y para colmo alguno que otro es de nacionalidad española.
Quitándo a estos, no queda nada. Porque todos sabemos que no es una industria fuerte, pero eso lo saben también tan solo estos tres o cuatro hombres. Los demás no saben ni eso, ni las reglas más elementales de hacer cine.
Nos encontramos con una película del año 1962 que parece realizada en 1942, usando todavía elementos para pasar de una escena a otra tan viejos como la cortinilla, con uno de sonido directo, con lo cual no se entera nadie de lo que hablan los actores, debido al ruido del plató o de los exteriores, con argumento tan ingenuo que hacer reir hasta los niños, con fotografía tan desigual que unas veces se quema y otras no llega ni a la matización de grises con diferenciaciones entre blanco y negro, con actores que no merecían llamarles así.
Podríamos seguir y la lista sería interminable.
Baste decir que se empeñan denodadamente en mezclar trucos de películas de vampiros con una de bandidos.
Guion muy malo y dirección desigual.
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