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CRITICA
Por: PACO CASADO
A pesar de haber sido los ingleses los que sacaron a relucir a la luz del cine moderno las series de agentes secretos, Hollywood no podía permanecer impasivo ante este descubrimiento que ha conmovido los cimientos de las cinematografías de distintos países.
Por ello cuando la Meca del cine ha decidido actuar, y precisamente una de sus estudios económicanemte más poderosos, tenía que demostrar que ellos también saben hacer las cosas bien.
Para esto se creó un personaje que durante mucho tiempo fue popular en la pequeña pantalla en la televisión norteamericana con el nombre de Napoleón Solo o también llamado simplemente como Mister Solo.
Este sería el hombre que serviría a la Metro Goldwyn Mayer para hacer su propio agente secreto.
Sin llegar tal vez a la espectacularidad prodigiosa que derrocha el agente inglés James Bond, sino con más recato y sencillez, Mister Solo causa casi el mismo asombro.
Porque lo que de fantástico tiene Bond, este tiene de veraz. También mujeriego, pero no superhombre sabelotodo. Inteligente, apuesto y sagaz como el primero.
Pero no solo destacan sus películas en esta personalidad central del protagonista, sino que se distingue también en cuanto a la forma de estar realizadas.
No son tan pretenciosas, sino más lineales y creíbles, las aventuras son más sencillas pero más reales y auténticas, dentro de los límites de credibilidad que se le puede otorgar a este tipo de largometrajes.
Y sobre todo realizadas con una técnica impecable, con un colorido moderno, exacto y brillante en todo momento que le da un cierto m´atiz de producto de calidad, de lujo y bien terminado.
La película entretiene y distrae.
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