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CRITICA
Por: PACO CASADO
La Mirish Company, productora americana independiente y que es una de las que mejor cine suele hacer, ha querido exprimir el limón de un tema que aunque no era original, puesto que había copiado del film japonés de Akira Kurosawa, "Los siete samuráis", sí se había realizado con una gran corrección por John Sturges, e incluso diríamos como la frase publicitaria "mejorando el original".
Indudablemente el tema tenía alicientes para poder seguir haciendo una nueva película, pero a la hora de exprimirse los sesos esta vez se ha fallado. Ya no era lo mismo. Aquí no se podía copiar la segunda parte del film japonés (segunda parte que no existe), tenía que ser todo original, aunque basándose en mucho camino ya recorrido a la hora de confeccionar tipos y personajes.
Había que hacer solo situaciones y después éstas ser llevadas a la pantalla con dignidad y con maestría. Pero lamentablemente no se han creado estas situaciones con suficiente garra como para que tenga alicientes nuevos y no solo eso sino que hasta incluso se han copiado hechos de la cinta anterior tales como la búsqueda de nuevo de otros siete magníficos.
Por ello la película resulta repetida en algunas de sus escenas, que teniendo en cuenta la visión de la película anterior se hace aburrida por cuanto ya sabemos lo que va a ocurrir.
A esto podemos añadir que teníamos un plantel de estrellas muy inferior al anterior y un director mucho más biñoso que la vez anterior.
Burt Kennedy es un joven procedente de la televisión americana que tan solo ha realizado tres o cuatro películas, de las cuales hemos visto en España "Los desbravadores" y "La trampa del dinero", ambas realziadas con mediana corrección.
Se han conservado incluso los temas musicales de Elmer Bernstein que es quizás de las mejores cosas que tiene la película.
Guion endeble, fotografía con tonalidades que se destivruan en ocasiones, interpretación mediana, que quiere seguir la línea de la cinta anterior e incluso se han elegido tipos fisicamente parecidos, pero que no llegan ni siquiera a igualarla.
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