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CRITICA
Por: PACO CASADO
Dentro del ciclo que se nos viene ofreciendo del realizador japonés Akira Kurosawa que, desgraciadamente no se nos está proyectando en orden cronológico, está película supone una ruptura dentro del esquema que hasta entonces había seguido el cineasta, acostumbrado a hacer películas históricas en su país de origen.
Basándose en una novela del propio Akira Kurosawa, adopta en ella un esquema de película policiaca occidental, en la que un policía es objeto de un robo en un autobús, le quitan su pistola con el cargador íntegro de siete balas, lo que le crea la inquietud de que se cometan otros tantos asesinatos, y esto hace que busque el arma con denuedo, en compañía de otro veterano policía.
Lo que en un principio es una búsqueda meramente policiaca de un arma, la lleva a descubrir la miseria de los barrios bajos y la indigencia en que viven los habitantes de aquellos lugares, convirtiendose así en una investigación moral en la que las escenas adquieren, junto al interés de la investigación, el de la encuesta sociológica.
Es esta la tercera colaboración de Akira Kurosawa con el entonces joven actor de 29 años Toshirô Mifune, que le llevaría posteriormente a un intenso trabajo juntos.
A su lado otro actor inseparable de Kurosawa como lo es el veterano Takashi Shimura, que posteriormente haría a su lado la película "Vivir" en un espléndido trabajo.
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