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CRITICA
Por: PACO CASADO
Divertirse en una sala de cine no quiere decir que no se pueda ir a llorar, y a muchas personas les gusta emocionarse con un buen drama y salen diciendo que lo han pasado fenomenal porque se han hartado de llorar.
La fórmula no es nueva, ya que las películas de mujeres se inventaron allá por los años treinta y cuarenta.
Tremendos dramas cruzaban las pantallas para deleite de todos y especialmente de todas.
James L. Brooks ha debido pensar que hay que hacer volver a los públicos al cine y qué mejor fórmula que hacerlo a través de las mujeres, haciendo un film especialmente dedicado a ellas, con dos mujeres como protagonistas con sus respectivos dramas.
Para una de ella el problema es el de la soledad al contraer matrimonio la hija y se marchar fuera con su marido.
El teléfono será el único cordón umbilical que le unirá constantemente a su hija, con la que seguirá con sus peleas y broncas amables y continuas, al tiempo que descubre, ya de madura, nuevamente las delicias del sexo con un vecino ex astronauta.
La otra con un drama más grave al contraer el cáncer y tener que luchar al mismo tiempo con las infidelidades de su marido o el problema de sus hijos.
James L. Brooks tiene la experiencia de quince años trabajando en la televisión y ahora debuta con esta cinta en el cine, tras varios años de preparación y haber escrito el guion varias veces.
El debut en el largometraje ha sido por la puerta grande, ya que tras ser nominado a once Oscar ha conseguido cinco de ellos, y en concreto dos para él, al ser premiado como director y guionista.
La película es un correcto producto de la industria de Hollywood con un guion que sabe poner los resortes adecuados para producir el efecto deseado, pero que nos da la impresión de que avanza a empujones.
En el capítulo de la interpretación está muy bien Shirley MacLaine, como la gran actriz que es y que lo ha sido siempre, y no le va a la saga Debra Winger, que hace un papel perfecto, mejorando a cada paso su trabajo y gana tremendamente la historia con la aparición de Jack Nicholson, que da el tono justo de comedia que precisa en el momento más adecuado.
Hay que decir que este personaje no está en la novela y ha sido un hallazgo del director y guionista su introducción.
De esta manera el film comienza con sus situaciones pícaras y atrevidas y termina convirtiendo la comedia en drama, justo lo preciso para una mayor comercialidad de la obra.
Era lógico que se llevara los Oscars este año, como ya venía sucediendo en años anteriores con títulos de este estilo como 'Gente corriente' (1980) o 'En el estanque dorado' (1981), ya que últimamente la Academia está por premiar las cintas de temas sentimentales.
Oscar a la mejor película, director, guion adaptado, Shirley MacLaine y Jack Nicholson. David de Donatello a Shirley MacLaine. Globo de oro al mejor drama, guion, Shirley MacLaine y Jack Nicholson.Y numerosos premios de los críticos norteamericanos.
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