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CRITICA
Por: PACO CASADO
El neozelandés Andrew Niccol, guionista de 'El show de Truman' (1998) y 'La terminal' (2004), se pasó a la dirección con dos películas originales pero mediocres, 'Simone' (2002) y 'Gattaca' (1997).
Ahora aborda un tema interesante y peliagudo para el que nadie quería prestarle financiación, hasta que finalmente consiguió 40 millones de dólares para hacer este film independiente sobre la denuncia del tráfico ilegal de armas en el que están implicado varios países.
El tema está basado en cinco hechos reales, aunque los personajes sean ficticios.
De esta forma sigue a Yuri Orlov, un emigrante ucraniano que se hace pasar por judío, que pronto deja el restaurante familiar para dedicarse a la venta de armas al mejor postor, convirtiéndose en un hombre sin escrúpulos, sin importarle las consecuencias y siempre bajo la apariencia de un señor respetable, casado, y burlando la persecución de un agente de la Interpol que trata de darle caza.
Con frecuencia se juega su propia cabeza ante sus clientes o sus competidores en el lucrativo negocio y sin el menor atisbo de moralidad en ningún sentido, sólo le mueve el interés por ganar dinero.
El director Andrew Niccol nos ofrece una ácida visión del tráfico de armas, sin pelos en la lengua, dando estadísticas y datos aterradores, combinando el cine espectáculo con el cine denuncia de un tema raramente tratado en el cine con este afán denunciador.
El guion abusa de la voz en off, de su excesivo sentido didáctico, de las estadísticas ilustrativas, lo que hace que a veces tenga más aspecto de cine documental que drama de ficción, lo que le hace frío y distante, siendo más interesante lo que cuenta que cómo lo hace, exponiendo más que analizando, de lo que se contagia la perenne presencia de Nicolas Cage.
Una cinta valiente y denunciadora.
Premio NBR. Premio de las mujeres críticas a Nicolas Cage.
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