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CRITICA
Por: PACO CASADO
Los Rugrats hicieron su aparición en la gran pantalla con su primer largometraje titulado 'Aventuras en pañales' (1998), donde estos bebés cabezones, de estética feista en el dibujo, miraban de forma irónica el mundo de los adultos.
Dos años mas tarde hicieron su segunda aparición con 'Rugrats en París' (2000), en la que hacían un viaje a la ciudad de la luz, y continuaban con su agudeza en los guiones y algunos guiños a películas famosas como 'El Padrino' (1972) o 'Godzilla' (1954).
Ahora nos llega el tercer título, 'Los Rugrats: Vacaciones salvajes' (2003), en el que para aumentar la comercialidad se le ha unido otra familia televisiva, los Thornberrys, para vivir juntos una misma aventura.
Los Rugrats se han embarcado en un crucero de vacaciones que naufraga y van a parar a una isla desierta.
Afortunadamente allí se encuentran rodando un documental sobre una pantera moteada la famosa familia de los Thornberrys, que acaban por salvarles y deciden pasar juntos las vacaciones.
Esta vez a los bebés se les ha sacado de su entorno y se les ha puesto a vivir una aventura menos creíble en la que parece que le ha faltado imaginación a los guionistas, que reiteran situaciones, faltándole la agilidad de las dos primeras.
Por otra parte en la versión original Bruce Willis canta una de las canciones que pidió que no se doblara, y ni siquiera se le ha subtitulado para que al menos los niños que sepan leer o los adultos se enteren de la letra.
Esta nueva entrega tiene un argumento más predecible y está falta de la frescura de la primera.
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