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CRITICA
Por: PACO CASADO
Posiblemente lo hemos comentado ya en otras ocasiones.
Nuestra administración está empeñada en que en España se haga buen cine, académicamente correcto, pero no se está dando cuenta que los realizadores, al verse protegidos por las subvenciones, está haciendo un cine tremendamente aburrido, lo que trae como consecuencia la total falta de comercialidad, demostrada por la falta de interés de los espectadores a conocerlo.
Álvaro Forqué, joven realizador, por más señas hijo de José María Forqué, de quien vimos (en prueba, porque no se llegó a estrenar en muchas ciudades) su primera película, "La tercera puerta", nos ofrece ahora esta segunda obra al cabo de los años de haber realizado su ópera prima, en la que pretende a jugar a ser Alfred Hitchcock emulando su película "Pero ¿quién mató a Harry?", sin lograrlo en ningún momento.
En un inmueble madrileño hace coincidir una serie de personajes que pretende sean representativos: un candidato a senador, un juez, unas prostitutas y un militar golpista, todos ellos echándose unos a los otros un cadáver que ninguno quiere que les caída encima.
Lo que en un momento comienza teniendo cierto interés, pronto se ve desinflarse el globo y perder, tanto el suspense, como el posible matiz cómico que de la embarazosa situación pudiera derivarse.
El guion resulta flojo, con un final que queda sin rematar, mientras los actores campan por sus respetos, con errores de principiante en la realización.
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