| Título: | EL ÚLTIMO BAILARÍN DE MAO | |
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Tit. Orig.: |
MAO'S LAST DANCER | |
| Nacionalidad: | AUSTRALIA, 2009 | |
| Dirección: | BRUCE BERESFORD | ![]() |
| Guión: | JAN SARDI. Basado en la autobiografía de CUNXIN LI | |
| Fotografía: | PETER JAMES | |
| Música | CHRISTOPHER GORDON | |
| Interpretes: | BRUCE GREENWOOD, KYLE Mac LACHLAN, JOAN CHEN, CHI CAO, AMANDA SCHULL, JACK THOMPSON | |
| Censura: | AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS | |
| Duración: | 117 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Hacía tiempo que no veíamos una producción australiana dirigida por Bruce Beresford que durante bastante tiempo ha estado afincado en el cine americano donde incluso ganó cuatro Oscar con "Paseando a Miss Daisy" (1989), aunque ninguno fue para él.
Ahora nos llega con esta biografía del bailarín chino Cunxin Li, basado en su propio libro, en el que cuenta su vida desde que con 11 años fue elegido en su pueblo para ser enviado a Pekín donde el partido comunista descubriría sus cualidades, en este caso como bailarín de ballet clásico, y decidiría cuál sería su destino. Pero terminaría revelándose cuando tras recibir las lecciones del partido comunista acerca de la revolución maoista y de decirle lo malo que es el capitalismo y que no debe fiarse de los extranjeros, pudo comprobar en cuanto pisó suelo americano que esas patrañas no eran verdad, quedando realmente admirado de que viviendo en libertad se bailaba mejor.
Allí se enamoró de una chica americana mediante cuyo matrimonio adquirió el derecho a quedarse en EE.UU. y vivir la posibilidad de hacer realidad su sueño, siendo aclamado primero como héroe en China y despreciado después por desertar.
Esta historia de redención y ansias de libertad ya la hemos visto muchas veces reflejada en una pantalla, aunque con distintos protagonistas, por lo que no nos ofrece nada nuevo.
El guión le añade un poco de sentimentalismo y algo de dramatismo a este relato de superación personal en el que el protagonista venció todas las barreras y dificultades para cumplir su ideal imposible.
Aprovecha para denunciar y atacar al autoritario régimen comunista chino, en las postrimerías de la Revolución Cultural, que secuestra al individuo y humilla la dignidad de la persona.
No se priva, en cambio, de ensalzar las virtudes democráticas de la era Reagan como paraíso de libertad, que es la época en que se desarrolla este relato real. En ese sentido es algo maniqueo.
La cinta pone de manifiesto los valores esenciales del individuo, el amor a los padres, al maestro y el afán de superación cuando Cunxin Li es ofendido en la escuela de danza.
En esta historia había materia suficiente para haber hecho un gran film, pero Bruce Beresford se limita a contarla de manera artesanal, sin darle excesivo relieve a los números de ballet, casi siempre filmados en planos generales, sin acercamiento a los bailarines para mostrarnos su esfuerzo.
Chi Cao cumple como actor aunque le falta experiencia, ya que su oficio es la danza en la que demuestra mejor sus cualidades como buen bailarín clásico.













































































