Título: | EN CAMPAÑA TODO VALE | |
Tit. Orig.: |
THE CAMPAIGN | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2012 | |
Dirección: | JAY ROACH | |
Guión: |
CHRIS HENCHY, SHAWIN HARWELL |
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Fotografía: |
JIM DENAULT |
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Música | THEODORE SHAPIRO | |
Interpretes: |
WILL FERRELL, ZACH GALIFIANAKIS, JASON SUDEIKIS, DYLAN McDERMOTT, KATHERINE LaNASA, JOHN LITHGOW, DAN AYCKROYD, BRIAN COX, SARAH BAKER |
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Censura: | AUTORIZADA PARA MAYORES DE 16 AÑOS | |
Duración: | 85 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
No es la primera vez que el cine americano toma el tema de las campañas electorales como núcleo central de una película, muchas de ellas en serio, aunque también ha habido alguna ocasión en que se ha deslizado la comicidad y la ironía en torno a ellas.
En ese último aspecto se puede situar esta cinta de Jay Roach, habitual director de comedias como las dos entregas de 'Austin Powers' o 'Los padres de ella' y 'Los padres de él', que son claros ejemplos de lo que es capaz y por donde circulan sus films, muy en la línea de la nueva comedia americana, que no se priva de la sal gruesa, lo escatológico e incluso lo irreverente como ocurre en este caso.
Cam Brady es el típico político profesional, asentado en su puesto, fácil de comprar y dejarse manipular por los poderosos. Marty Huggins es el pobre hombre impulsado a presentarse a las elecciones por primera vez y enfrentarse a Brady sin tener ni idea de cómo hacerlo. Los millonarios hermanos Motch le envían a Tim Wattley, un astuto director de campaña, que lo vuelve como un calcetín, le orienta y le dice qué hacer en cada caso, con la secreta intención de manipularlo cuando llegue al Congreso.
El guion esta compuesto por los distintos debates que se hacen en la elecciones americanas para que cada candidato exponga su programa y rebata a su insolente rival, todo en tono de sátira.
De esa forma es como un conjunto de gags pegados uno a otro con un excusa común, por lo que funcionan mejor por separado que en conjunto, ya que todo es previsible y cuyo final se ve venir.
Más que hacer crítica sobre un partido en concreto, satiriza la política americana en general, la corrupción, la manipulación del candidato, pero en ningún momento está tomado en serio, por más que al final haya unas grandes dosis de buenismo y se convierta en un héroe positivo y puro el derrotado o en arrepentido el ganador. Y al tiempo lo voluble que es el electorado.
La pena es que todo el film está tratado con el gamberrismo típico de la comedia americana moderna que no tiene reparo en nada con tal de hacer reír, cosa que a pesar de ello en pocas ocasiones se consigue, perdiendo intensidad hasta el final.
En parte es debido a la intervención de dos cómicos kamikazes tan contrapuestos como Will Ferrell que siempre hace de él mismo en su forma de actuar y gesticular, que no provoca la risa, y Zach Galifianakis que se mete algo más en su papel. En su exageración y falsedad se acerca a la realidad de los políticos siempre enredados en su guerra sacando los trapos sucios de los oponentes que prometen lo que después no cumplen.