Título: | ALERTA EN EL CIELO | |
Tit. Orig.: |
ALERTA EN EL CIELO | |
Nacionalidad: | ESPAÑA, 1961 | |
Dirección: | LUIS CÉSAR AMADORI | |
Guión: |
MANUEL TAMAYO, ALFREDO RIGEL |
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Fotografía: |
ALFREDO FRAILE |
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Música |
GREGORIO GARCÍA SEGURA |
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Interpretes: |
PABLITO CALVO, ANTONIO VILAR, GÉRARD TICHY |
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Censura: | AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS | |
Duración: | 90 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
No es que es estemos en contra de hacer un cine de evasión, ni tampoco tenemos la peregrina idea de que tan sólo hay que rodar historias agradables de color de rosa que no produzcan preocupación alguna a los espectadores.
Sí defendemos el que se haga un cine profundo, auténtico que llegue al público sin importarnos si los sentimientos son tristes o alegres.
Sin embargo al comentar 'Alerta en el cielo' (1961) hay que decididamente juzgar si la lacrimógena intención y como se dice vulgarmente de meter el corazón en un puño al espectador, es una cuestió válida.
No nos parece muy correcto que se juegue con la sensibilidad del público cuando no se intenta otra cosa que hacer propaganda de la amistad hispano-norteamericana.
No nos parece correcto que tratándose de una película autorizada para todos los públicos, se le enfrente a los espectadores infantiles con la enfermedad, la tristeza y la muerte sin que se llegue a ninguna conclusión positiva.
Todo permanece en el simple plano psicológico del gusto por la tristeza o de hacer llorar.
En este sentido resulta hasta molesto.
La cinta está inspirada en un hecho real.
Miguelito Ramos, un niño de Zaragoza, que vive con sus padres, cerca de la base aérea, sufre una grave enfermedad, leucemia, y para su cura se requiere con urgencia un medicamento que es difícil de encontrar en España.
Un piloto norteamericano destinado en la base aérea, con un gran sentido humanitario se dedica durante una jornada a recorrer parte de las bases aéreas europeas con el fin de localizar la necesaria medicina.
El problema es que pierde mucho al llevar a cabo su transposición cinematográfica por la impericia de los guionistas que de un hecho auténticamente humanitario sacan un folletín de indudable mal gusto.
Pablito Calvo nota ya el paso de los años, ya no es un niño, sino un semiadolescente, en esa edad indecisa, desconcertante...
Su ingenuidad se ha evaporado y a duras penas el pequeño actor quiere recuperarla, cosa que no consigue, por lo que está mal, quizá por la mala dirección de Luis César Amadori, o porque ha pasado ya su época.
Los demás actores están en un tono discreto.
En resumen una película sensiblera, con una banda sonora de Gregorio García Segura que nos recuerda a la de El apartamento (1960) y una fotografía de lo peor que le hemos visto a Alfredo Fraile.
Film que aunque es autorizado para todos los públicos lo creemos inapropiado para los niños que, o bien no lo comprenderán o les producirá innecesariamente sentimientos tristes.