Título: | CAFÉ IRLANDÉS | |
Tit. Orig.: |
THE SNAPPER | |
Nacionalidad: | INGLATERRA, 1993 | |
Dirección: | STEPHEN FREARS | |
Guión: |
RODDY DOYLE. Extraido de su propia novela |
|
Fotografía: |
OLIVER STAPLETON |
|
Música |
Varios |
|
Interpretes: |
TINA KELLEGHER, COLM MEANEY, RYTH McCABE, COLM O'BYRNE, EANNA MacLIAM, CIARA DUFFY, PAT LAFFAN |
|
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 13 AÑOS | |
Duración: | 90 MINUTOS |
---|
Por PACO CASADO
El interesante director británico Stephen Frears, tras rodar tres películas en su país (Mi hermosa lavandería, 'Abrete de orejas' y 'Sammie y Rosie se lo montan' se marchó a los Estados Unidos, donde hizo otras tres estupendas cintas 'Las amistades peligrosas' (1988), 'The grifters, Los timadores' (1990) y 'Héroe por accidente' (1992) y ahora vuelve a su tierra para hacer una modesta comedia, realizada con escasos medios, basada en uno de los libros de la trilogía de Roddy Doyle, producida por la BBC británica, filmada en poco tiempo y destinada a la pequeña pantalla, de donde fue rescatada gracias al éxito obtenido en la quincena de los realizadores del pasado Festival de Cannes y posteriormente en el Festival de Valladolid, donde consiguió la Espiga de plata y el premio a la mejor actriz para Tina Kellenher, que lo volvió a ganar en el Festival de Ginebra.
La cinta nos presenta la historia de una humilde familia de un barrio de Dublín, constituida por el padre, yesero, su esposa y seis hijos. Un día, Sharon, la hija mayor, de veinte años, anuncia que está embarazada y se niega a decir quien es el padre. Lo que en un principio puede ser un motivo de escándalo y un drama, termina por ser un motivo de orgullo para la familia.
Se pasa así de las lágrimas a la sonrisa, del enfado a la emoción de tener un nuevo ser, todo ello sin que haya tiempos muertos, con unos diálogos frescos y naturales, sin rebuscamientos ni falsedades, expuesto con una gran naturalidad por unos actores que parecen sacados del pueblo, que se comportan de forma divertida, tierna o dramática según los diversos giros del guion.
La historia resulta corta pero tiene la virtud de no alargarla demasiado.
Stephen Frears vuelve a acertar con esta versión del más humilde de su cine, el de los comienzos, pero sabiendo manejar a sus espléndidos actores a los que libera de toda retórica inyectándole espontaneidad y talento, lo que da como resultado esta divertida comedia.
Ganó el Goya a la mejor película extranjera 1995.