Título: |
LA VECINA DE AL LADO |
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Tit. Orig.:
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THE GIRL NEXT DOOR |
Nacionalidad: |
EE.UU., 2004 |
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Dirección: |
LUKE GREENFIELD |
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Guión: |
STUART BLUMBERG, DAVID WAGNER, BRENT GOLDBERG |
Fotografía: |
JAMIE ANDERSON |
Música |
PAUL HASLINGER |
Interpretes: |
EMILE HIRSCH, ELISHA CUTHBERT, TIMOTHY OLYPHANT, JAMES REMAR, CHRIS MARQUETTE, TIMOTHY HUTTON, PAUL DANO, DONNA BULLOCK |
Censura: |
NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 18 AÑOS |
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Duración: |
108 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Son muchas las comedias que tienen como protagonistas a adolescentes estudiantes deseosos de perder la virginidad y ansiosos por disfrutar del sexo.
Pero en este caso el director de la deficiente película 'Estoy hecho un animal' (2001), se ha inspirado en 'Risky Business' (1983), de Paul Brickman, para hacer esta especie de remake, que no tiene mucho que ver, en el que Matthew Kidman, un joven de 18 años, se enamora de Danielle, su nueva vecina, lo que trastoca todos los planes de futuro que tenía pensado.
Al final ella le ayudará a salir de su caparazón y a sacrificarlo todo por la persona que quiere y Matthew a ella a limpiar su oscuro pasado.
Este film no tiene nada que ver con el realizado anteriormente por Luke Greenfield, ya que aunque se trata de una comedia de adolescentes y que toca el mundo de la pornografía, se evita en todo momento la sal gorda y está rodada con sensibilidad y buen gusto, a pesar de que ponga un poco de picante en algunos momentos y mucho convencionalismo en otros instantes de la trama, como el rodaje en el instituto de la cinta de educación sexual.
Parte de su atractivo está en la joven actriz canadiense de 21 años Elisha Cuthbert para la que puede ser su lanzamiento, y así mismo para su oponente Emile Hirsch, como igualmente lo supuso para Tom Cruise y Rebeca de Mornay, en 'Risky Business' (1983).
El producto no pasa de ser una entretenida comedia de adolescentes con un poco de clase para pasar el rato. Producida por Carlos Reygada, Carlos Serrano Azcona, Jaime Rosales y Jaime Romandía, hace su ópera prima el guionista y director madrileño Carlos Serrano Azcona, que fue ayudante de dirección de Carlos Reygada en su primer largometraje, Japón.
Antes estudió Filosofía en la Universidad Complutense y dirección en la London Film School, pero poco aprovecharía el tiempo a juzgar por los resultados de su ópera prima.
A la vista de quienes son los productores, del estilo de cine que suelen hacer, de la ayudantía de dirección con el que aprendió, no es de extrañar que el cine que lleva a cabo en su primera película este individuo sea exactamente igual que el de sus próceres, con las mismas características, de aburrido, de sin sentido, de sin argumento y de sin idea de lo que es el lenguaje cinematográfico en su afán de innovar o de epatar, siempre con la cámara a mano y pegada a la nuca del protagonista que deambula por las discotecas y las calles de noche, de día o duerme en un banco, sin la más mínima elipsis de tiempo.
El protagonista se ha divorciado de su mujer pero quiere ver a sus hijas, cosa que tiene prohibido por ley y a pesar de ello se empeña en hacerlo. Ha trabajado fugazmente en la discoteca de un amigo pero es expulsado a las primeras de cambio y se vuelve a quedar en la calle sin nada que hacer. Termina acercándose a ver a su abogado que le vuelve a decir que no haga nada y acaba por querer tirarse de un puente y ahí se corta la historia, si es que a eso se le puede llamar así, que está mejor contada en estas cuatro líneas que en las insoportables imágenes de esto ya que no nos atrevemos a llamarle película.
Esta misma técnica en las cintas de Reygada es aburrida, se ve crecer la hierba, observar íntegro un amanecer o una puesta de sol, pero al menos tiene una belleza que aquí no hay por ningún lado. Y se ponga como se ponga el director y sus patrocinadores esto es anticine, anticomercial y dudamos que encuentre quien lo estrene. Pasó por el Festival de San Sebastián en una de las secciones paralelas, que es donde se ha llegado a exhibir y los pocos que la vieron salieron echando pestes.