Título: |
EL JUEZ |
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Tit. Orig.: |
THE JUDGE | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2014 | |
Dirección: | DAVID DOBKIN | |
Guión: |
NICK SCHENK, BILL DUBUQUE. Basados en una historia de DAVID DOBKIN, NICK SCHENK |
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Fotografía: |
JANUSZ KAMINSKI |
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Música |
THOMAS NEWMAN |
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Interpretes: |
ROBERT DOWNEY JR., ROBERT DUVALL, VINCENT D'ONOFRIO, VERA FARMIGA, JEREMY STRONG, DAX SHEPARD, BILLY BOB THORNTON, KEN HOWARD, LEIGHTON MEESTER |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 7 AÑOS | |
Duración: |
141 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Si quisiéramos hacer una lista de películas que tratan el tema de los juicios en la pantalla ésta sería interminable, pero como ejemplo citemos sólo algunos títulos que muy posiblemente están en la memoria de todos, como 'Yo confieso' (1953), 'Testigo de cargo' (1957), 'Doce hombres sin piedad' (1957), '¡Quiero vivir!' (1958), 'Vencedores o vencidos' (1961), 'Matar a un ruiseñor' (1962), 'El proceso' (1962), 'Veredicto final' (1982) y así podríamos seguir con los más cercanos, más fáciles de recordar pero tal vez menos interesantes que los citados que son indiscutibles al parecer de cualquier buen aficionado al cine.
Estamos ante un entretenido e interesante drama protagonizado por Hank Palmer, un exitoso abogado de Chicago, que acostumbra a librar a sus clientes aún sabiéndolos culpables, algo de lo que su padre se avergonzaría.
Debido a la muerte de su madre se ve obligado a aplazar uno de sus juicios y acudir a su pequeño pueblo natal en Indiana donde su padre, Joseph Palmer, ejerce de juez de la localidad desde hace unos cuarenta años y con el que no se habla hace más de dos décadas, que le recibe con total frialdad.
La madre es la persona de la familia con la que ha mantenido contacto durante los últimos veinte años. Su muerte es lo único que le hace volver al pueblo, la idílica Carlinville, y enfrentarse a los fantasmas del pasado.
A punto de volver a Chicago tras el entierro, le avisan de que su padre ha tenido un accidente en el que ha muerto una persona y es acusado presuntamente de asesinato.
Su hijo, en contra de la voluntad del padre, termina haciéndose cargo de su defensa.
Hank también tiene sus propios problemas familiares con su esposa y su hija pequeña de siete años sobre los que manifiesta sus propios sentimientos.
Durante el proceso tratará de descubrir la verdad, mientras se reencuentra con su pasado, con la familia que hace tiempo tenía olvidada y con el sentido de la justicia.
El juez es un hombre duro que durante mucho tiempo ha impartido justicia en el lugar y tiene su orgullo, cierta prepotencia y para él es humillante tenerse que sentar en el otro lado de la sala, en el banquillo desde el que ha mandado a prisión a muchos delincuentes.
El guion, muy bien escrito sobre la historia de David Dobkin, parte de una experiencia personal del autor y va acumulando durante diversos encuentros algunos datos del pasado de esta familia, tanto de Hank como de la relación con sus hermanos, con su madre cuando eran pequeños y con Samantha, una novia que había dejado olvidada en el pueblo cuando se marchó a la gran ciudad, que aún le sigue queriendo y que tiene a una joven y guapa hija, fruto de una relación esporádica, que no sabe quien es su padre.
Es una historia sobre el perdón en el que todos los personajes aprenden a perdonar y a ser perdonados.
A lo largo de la trama se refleja la América profunda al tiempo que se va haciendo una especie de terapia familiar, mientras se repasa una serie de valores que estaban obsoletos.
La historia da ocasión al lucimiento de un gran reparto en el que destaca en su cabecera el enorme Robert Duvall que, a pesar de su avanzada edad, sigue haciendo extraordinarias actuaciones en la pantalla, al que le da buena respuesta Robert Downey jr. en un papel un tanto histriónico, respaldado por la calidad interpretativa de Vera Farmiga, Vincent D'Onofrio y Billy Bob Thornton al que hacía tiempo que no se veía en un film. Todos están muy bien en sus respectivos cometidos.
La cinta tiene todos los tópicos típicos de las producciones del género de juicios, pero bien encajados en una trama que se alarga en exceso y de la que se podía haber suprimido alguna secuencia, lo que le hubiera dado agilidad a la misma, aunque no obstante no se hacen pesar los minutos en el ánimo del espectador resultando muy entretenido este drama familiar más que judicial.
Una fotografía de calidad, una reconocible música de Thomas Newman y una dirección de David Dobkin que hace con éste su octavo largometraje en el que cambia totalmente de género que resulta ser el mejor de los suyos hasta ahora, llevando con buen ritmo la narración, a lo que se suman a los valores interpretativos antes enumerados, de los que algunos nombres se incluyen ya en la quiniela de los próximos Oscar.