Título: | LA VIDA EN LLAMAS | |
Tit. Orig.: |
LA VIDA EN LLAMAS | |
Nacionalidad: | ESPAÑA, 2015 | |
Dirección: | MANUEL H. MARTÍN | |
Guión: |
JORGE LAPLACE, JOSÉ FRANCISCO ORTUÑO |
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Fotografía: |
SERGIO CARO |
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Música | ||
Interpretes: |
Documental |
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Censura: | AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS | |
Duración: |
76 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
El cine norteamericano ya hizo un homenaje a los bomberos de aquel país a raíz de la caída de las torres gemelas tras el atentado terrorista del 11 S en la película 'World Trade Center'.
Ahora es el cine español, y más concretamente a través del andaluz, el que presta esa admiración y cariño a los múltiples bomberos, además de mujeres y hombres voluntarios, que se brindan a sofocar la gran cantidad de incendios que se producen en nuestro país, especialmente en los meses de verano, que son los más propicios debido a la sequedad de los pastos y la carencia de lluvia en esas estaciones del año.
Muchos de ellos son intencionados y la mayoría de las veces los delincuentes pirómanos que los provocan, desgraciadamente, quedan sin el merecido castigo por destruir un patrimonio tan valioso para el medio ambiente, además de lo que supone a veces de pérdida de vidas humanas y la cuantía económica que ello supone.
Otras veces son ocasionales debido a la caída de algún rayo de una chispa, que son inevitables, mientras que en ocasiones median en ello descuidos sin intención o intereses comerciales, pero eso tal vez sea otra historia.
Andalucía por su característica de elevadas temperaturas es una de las peones zonas para luchar contra los incendios y para combatirlos existe la BRICA, una unidad de élite ubicada en la población de Aznalcollar.
En esta ocasión los protagonistas de este documental realizado por el onubense Manuel H. Martín, son los componentes de la BRICA los que combaten el fuego con tesón, como requiere su arriesgada profesión, metidos en el infierno que suponen los incendios en los que a veces se ven rodeados por las llamas.
Este documental muestra el día a día, desconocido por el gran público, de estos valientes y abnegados protagonistas en su lucha contra el fuego, pero también de sus mujeres y de sus hijos que desean anhelantes que salgan con vida cada día de su trabajo en el que a veces se ven luchando contra ese otro enemigo que es el viento y el humo que entorpecen grandemente su labor, siempre con la esperanza de no perder la vida en ello, ya que en muchas ocasiones se convierten en héroes anónimos.
Se nos muestra la preparación física que deben superar, sobre todo en la época veraniega, la convivencia en los tiempos de espera a que suene la sirena que les pone en guardia y en movimiento para afrontar el trabajo que les espera ya que cada incendio es diferente para hacerle frente, es como entrar en el infierno en la tierra ya que impone el ruido que hace el fuego.
Son hombres fuertes, acostumbrados a hacer trabajos en el campo, ya que han de atacarlos cavando con azadas o cortando el pasto o el matorral con hachas y motosierras en lugares donde no pueden llegar la cisternas y el único aporte de agua es desde los cielos con los helicópteros.
Hay declaraciones de algunos de los componentes que son entrañables con sus familias, o como el caso de Abarca, al que cariñosamente llaman "el abuelo" debido a sus 62 años, que se ha llevado más de treinta en ésto por vocación, siendo soltero y habiendo superado un cáncer, que se ve destinado a las torres de vigilancias, debido a un convenio que no le permite estar ya en la tarea que es lo que le gusta y ha hecho toda su vida.
Manuel H. Martin utiliza los escasos medios a su alcance, con un corto presupuesto de poco más de medio millón de euros, para dar brillo a esta historia, con planos tomados desde los helicópteros, a cámara lenta o con una bella fotografía que suele dar la luminosidad del fuego, a veces a contraluz, con una banda sonora en ocasiones vibrante y otras que son como un quejido de fondo de la tragedia que se contempla.