|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Estamos ante un melodrama familiar contado a través de la historia de dos personajes, padre e hija, que viven en Nueva York, que se desarrolla durante 25 años en dos épocas distintas: los años 80, cuando Jake Davis, un famoso novelista que ganó el premio Pulitzer, se queda viudo tras un accidente y batalla contra una enfermedad mental, mientras que trata de criar a su hija Katie, de cinco años; y la otra etapa es el presente en el que Katie tiene ya treinta años, le cuesta tener una relación y ejerce de asistencia social que ayuda a Lucy, una niña de color, que se empeña en no hablar tras perder a su madre.
Mientras ella trata de recordar su difícil infancia, en la que durante siete meses estuvo a cargo de su tía Elizabeth, tiempo en que el padre se internó para curarse de sus frecuentes ataques psicóticos.
Las dos épocas se van alternando sucesivamente combinando presente y pasado para justificar el comportamiento de ella en esta emotiva historia sobre el amor, la muerte, el sexo y el miedo a perder a los seres queridos.
Jake escribió un libro sobre la relación con su hija a la que llama Patatita, que ya de mayor tiene un comportamiento con una mentalidad compleja, es autodestructiva, le cuesta enfrentarse a sus sentimientos y de alguna manera se ve reflejada en Lucy, la niña de color a la que ayuda, ya que se ha encerrado en un grave mutismo desde que murió su madre a la que echa de menos, como también le pasó a Katie.
Dirigida por Gabriele Muccino, un realizador italiano que se hizo hueco en Hollywood, tras el triunfo mundial de 'El último beso' (2001), con otros dos melodramas interpretados ambos por Will Smith, 'En busca de la felicidad' (2006) y 'Siete almas' (2008), que era el más adecuado para este nuevo drama para el que ha tenido esta vez un reparto de categoría desaprovechado cuyo problema es que tiene demasiados frentes abiertos y cargado de tópicos.
Jake lucha con los ataques que le provoca su enfermedad a pesar de haber estado internado, con tener que educar a su hija a la que apenas si puede mantener con lo que gana con sus novelas, lucha contra la cuñada que pretende adoptar a Katie y no tiene dinero para pagar a los abogados.
Por otra parte está la personalidad de Katie ya de adulta incapaz de mantener una relación sentimental, con problemas con el sexo en frecuentes encuentros de una noche con hombres, su problemática infancia de orfandad en la falta de una madre y muchos más.
Sería interesante estudiar los comportamiento de estos dos personajes, pero no es el lugar de una crítica para ello.
El film tiene otro problema fundamental en la alternancia de las dos épocas, ya que el montaje es confuso en sus constantes saltos atrás y adelante que muchas veces no se sabe en qué momentos de la acción estamos.
Hay un ejemplo claro cuando él entrega su última novela y la editora le dice "eso mismo dijiste cuando ganaste el Pulitzer" y a continuación vemos una secuencia en la que Katie, de pequeña, asiste al entierro del padre. (¿?)
El título engaña sobre lo que es esta cinta, que deja frío, indiferente, siendo una pena que desaproveche un puñado de buenos actores con esta trama llena de dramáticos clichés sentimentales y emociones elementales.
La película esta llevada a cabo con fluidez narrativa, con una correcta fotografía y agradable música que mezcla con varios conocidos temas clásicos.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE