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CRITICA
Por: PACO CASADO
Para los argentinos parece que el fútbol ocupa un lugar preferente en sus vidas, posiblemente después de la familia y los amigos, como así se refleja de manera recurrente en su cine del que podrían citar algunos títulos como 'Futbolín' (2013), de Juan José Campanella, 'El camino de San Diego' (2006), de Carlos Sorín, 'En fuera de juego' (2011), de David Marqués o esta nueva producción sin muchas pretensiones del bonaerense Juan Taratuto.
Es la adaptación al cine del libro de igual título de Eduardo Sacheri, el autor de 'El secreto de sus ojos' (2009), de Juan José Campanella, que cuenta la historia de tres amigos del Club Atlético Independiente, Fernando, Mauricio y El Ruso, que quieren recuperar la inversión de 300.000 dólares que realizó Alejandro, un amigo de ellos, sobre Pittilanga, un jugador de fútbol que era una promesa, que destacó en la selección sub-17 que todavía juega en un equipo de tercera división y en un puesto equivocado, antes de que muriera por un cáncer fulminante, para garantizar la educación de Guadalupe, su hija, para que vaya a un buen colegio. Los tres quieren ser como un padre para ella y por ello desean tener un régimen de visitas con la niña a lo que se niega Lourdes, la madre, que quiere volverse a casar.
Nueva comedia, la quinta del director argentino Juan Taratuto (No sos vos, soy yo (2004), Un novio para mi mujer (2008)), esta vez sobre el fútbol y todos los entramados de traspasos entre los clubes, los representantes de los jugadores, abogados, contratos, periodistas etc., y la amistad que existe entre los tres amigos, aunque a veces sean discordantes en las opiniones e ideas para llevar a cabo lo que pretenden.
Un mundo en el que todo está podrido, como muestra el soborno al comentarista deportivo que apoya la venta del jugador, con lo que ellos buscan arreglar el futuro de la hija de Alejandro, alias El mono, el amigo recién fallecido y hermano de Fernando, intentando vender los derechos del futbolista que él tenía cuando era una promesa y hacerlo por un precio superior al que lo compró.
A lo largo de la trama hay una cierta crítica social, algo de thriller, un poco de sentimentalismo, mientras corren la aventura de engañar a unos y a otros para llevar a cabo su propósito.
La venta de Pittilanga tensa la relación entre ellos cuando van conociendo ese mundo de tiburones oportunista y falsos cazatalentos, que refleja algo de lo que sucede en Argentina en el mundo del balompié en el que se ha perdido el amor por los colores de un club y a una camiseta.
El guion tiene mucho de tragicomedia, de buenos sentimientos en lo que pretenden estos amigos, que son unos simples aficionados, que no entienden de traspasos y recurren a la picaresca para lograrlo
La trama de los traspasos se mezcla con el drama familiar de cada uno de ellos, por ejemplo, El ruso tiene problemas económicos y conyugales, Mauricio le va bien en su empresa pero no se lleva bien con su esposa, y Fernando no quiere ni ver a su cuñada Lourdes porque no se comportó bien con su hermano, pero todos dejan un poco al margen sus miserias y se centran más en la buena obra que quieren hacer.
De ello surgen las situaciones cómicas, escasas, y las dramáticas con algunos flash backs de lo ocurrido con anterioridad con algunas trampas incluidas en el guion, al que se le podía haber sacado más provecho.
Parte del éxito de esta película en su país es debido a la popularidad del trío de actores protagonistas, entre los que figura el actor fetiche del director, Diego Peretti, y una colaboración de Daniel Rabinovich, componente de Les Luthiers, antes de su muerte, bien dirigidos por Taratuto.
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