17 Octubre 2020. Cineastas clave del mejor cine europeo como Gianfranco Rosi, Malgorzata Szumowska, Cristi Puiu o Andrey Konchalovskiy se suman a la Sección Oficial.
Cineastas de la trayectoria de Gianfranco Rosi, Malgorzata Szumowska, Cristi Puiu, Jasmila Žbanić, Francis Lee o Andrey Konchalovskiy estarán en la Sección Oficial del Festival de Sevilla, que completa hoy la lista de títulos que aspiran al Giraldillo de Oro de su 17ª edición. Siguiendo la línea de los films ya adelantados, que incluyen los nuevos trabajos de Christian Petzold, Abel Ferrara y Luis López Carrasco, la programación ofrece 17 producciones que muestran la diversidad cultural europea con un cine potente, comprometido y relevante. Algunos títulos a competición llegan premiados en Venecia o Berlín y cuatro de ellos vienen avalados por la Cannes Label, la etiqueta de un certamen que la pandemia impidió celebrar y que también lucen este año otros cuatro largometrajes de otras secciones del Festival de Sevilla.
Tras ganar el Oso de Oro en Berlín con su anterior Fuego en el mar (2016) y el León de Oro en Venecia y el Giraldillo de Plata en Sevilla con Sacro GRA (2013), el italiano Gianfranco Rosi presenta ahora su nuevo trabajo, Notturno. Maestro de la no ficción, Rosi pone el foco en la vida cotidiana en las fronteras de Iraq, Kurdistán, Siria y Líbano: los resquicios de la guerra, las cenizas asesinas del ISIS, no pueden vencer a la humanidad de los supervivientes. Un film que ya ganó tres premios en el último Festival de Venecia.
Otro cineasta con pedigrí es Cristi Puiu, cuyo currículum incluye premios en Cannes (con La muerte del señor Lazarescu) o Karlovy Vary (Aurora, un asesino muy común), y que es una de las voces más representativas de la Nueva Ola de Cine Rumano, junto a Cristian Mungiu o Corneliu Porimboiu. Con Malmkrog, Puiu presenta su film más profundo y monumental, para reflexionar sobre el estado de Europa, y sobre temas como la muerte, el amor, la política y la religión, a partir de un texto del siglo XIX del filósofo ruso Vladimir Solovyev.
Y otro veterano con trayectoria indiscutible es el ruso Andrey Konchalovskiy (Los amantes de María, El tren del infierno, Tango y Cash). A sus 83 años y con casi 60 de carrera, gran parte de ella desarrollada en Estados Unidos, el cineasta presenta Queridos camaradas, drama de época que recoge una masacre perpetrada en la ciudad de Novocherkask por las autoridades soviéticas en 1962 y silenciada durante años, ante una manifestación pacífica de obreros que protestaban contra el desabastecimiento de la población. Gran Premio del Jurado en Venecia, la película muestra las dudas que se despiertan en la conciencia de una convencida miembro del Partido Comunista ante las secuelas de la matanza.
En Quo Vadis, Aida?, la cineasta bosnia Jasmila Žbanić (Oso de Oro en la Berlinale 2006 por Grbavica: El secreto de Esma) firma un asfixiante relato de gran intensidad emocional que sigue la peripecia de una traductora de la ONU en el infierno de Srebrenica, en plena Guerra de los Balcanes. La película ha sido preseleccionada para los próximos Oscar representando a Bosnia-Herzegovina.
También está en la carrera de los Oscar, en este caso representando a Polonia, Never gonna snow again, la última película de otra directora de carrera relevante, Malgorzata Szumowska (que fuera premiada en Berlín con sus anteriores trabajos Mug y Cuerpo). Codirigido a cuatro manos junto a su director de fotografía Michal Englert, se trata de un film imaginativo, audaz y excéntrico por momentos, que retrata a un masajista con la extraordinaria capacidad de inyectar felicidad a sus clientes.
Galardonada en Berlín con un Oso de Plata Especial del Jurado, Borrar el historial es una comedia hilarante y un punto excéntrica que codirigen Benoît Delépine y Gustave Kervern. El noveno largometraje de la pareja (que antes firmaron títulos como Mammuth o Le grand soir) satiriza la adicción a la tecnología que ha modificado las relaciones interpersonales hasta el delirio, e incluye un divertido cameo de Michel Houellebecq.
Uno de los acontecimientos de esta edición del Festival será la proyección de la primera muestra del mastodóntico proyecto DAU: surgido hace más de una década de la mente de Ilya Khrzhanovskiy, el faraónico asunto se tradujo en la construcción de un enorme plató de varios kilómetros cuadrados en Ucrania, el más grande de Europa, donde se experimentó un viaje en el tiempo: como si de una ciudad soviética de los años 50 o 60 se tratara, muchos profesionales se instalaron durante meses en aquel gigantesco lugar, conocido como El Instituto, viviendo, vistiendo, hablando, durante las 24 horas del día como si estuvieran en aquella época. Un proyecto surgido con la intención de entrelazar ficción y realidad y dar rienda suelta a la creatividad. Un ambicioso experimento multidisciplinar que ha tenido como resultado más de 700 horas de metraje repartidas en una quincena de películas y varias series. Uno de esos films, el que estrenará el Festival de Sevilla, es DAU. Natasha, firmado por Ilya Khrzhanovskiy y Jekaterina Oertel. Oso de Plata a la Contribución Artística en la última Berlinale, este polémico film, censurado en Rusia por “difundir pornografía y propaganda”, se centra en las relaciones de poder bajo el terror estalinista en un centro de investigación científica, a partir de la mirada de la camarera que regenta su cantina.
Igualmente perturbadora es Fanny Lye Deliver’d, el director británico Thomas Clay nos lleva hasta la posguerra civil inglesa, en pleno siglo XVII, para construir un relato atmosférico e inquietante, con elementos propios del melodrama y del western y que funciona como un potente alegato contra el puritanismo. Con la presencia en el reparto del veterano Charles Dance (últimamente en primer plano gracias a la serie Juego de Tronos), en Sevilla la película se proyectará en su formato original de 35 mm y en su metraje inicial, mientras que en su distribución en salas y en plataformas en Europa se verá aligerada de sexo y violencia.
La marca Cannes Label con la que el certamen francés intentó compensar su cancelación en plena pandemia es el aval de cuatro de los films de la Sección Oficial de Sevilla 2020. Una de ellas, Ammonite, de Francis Lee (Tierra de Dios), viene acompañada de la imponente presencia de la británica Kate Winslet y la estadounidense Saoirse Ronan (que a sus 26 años ya colecciona cuatro nominaciones al Oscar, la última por Mujercitas). Ambas protagonizan la supuesta relación real que surgió durante un viaje por mar entre la controvertida paleontóloga Mary Anning y una joven niñera. Un film que pone el foco en el proceso de reencuentro con su propia identidad, también la sexual, de dos mujeres enfrentadas al patriarcado y a la discriminación.
También con el sello Cannes Label llega February, del búlgaro Kamen Kalev. Rotunda reflexión sobre la condición humana, la película recoge la herencia del cine clásico de la Europa del Este para contar la historia de un hombre en tres momentos vitales distintos: con 8, 18 y 82 años. Cine luminoso, con una poética muy particular y estéticamente fascinante.
La fascinación, en este caso la que generan los influencers de la vida sana, es la protagonista de la ya anunciada coproducción polaco-sueca Sweat, de Magnus von Horn. Y la también anunciada Gagarine es la cuarta película Cannes Label de la Sección Oficial: ópera prima de la pareja formada por Fanny Liatard y Jérémy Trouilh, esta cinta francesa mezcla un cine social ambientado en el extrarradio parisino con elementos fantásticos.
La Sección Oficial se cierra con otras cinco películas ya notificadas previamente por el Festival: las españolas El año del descubrimiento, de Luis López Carrasco, La vida era eso, de David Martín de los Santos, y Karen, de María Pérez Sanz. Y los últimos trabajos del alemán Christian Petzold (Ondina) y del estadounidense afincado en Italia Abel Ferrara (Siberia).