23 Mayo 2021. "Rojo y negro", dirigida en 1942 por Carlos Arévalo, fue una película que en su día censuró Franco, y que ahora gracias a FlixOlé podremos ver.
En la actualidad, 'Rojo y negro' (Carlos Arévalo, 1942) es unánimemente considerada una de las mejores películas de los años cuarenta, aunque la historia del cine también la recordará como la obra falangista que el propio Franco censuró. Esta joya a reivindicar desapareció, y no fue hasta los años noventa cuando la cinta fue descubierta. Desde entonces es considerada un clásico mayor de nuestro cine, un mito dentro del séptimo arte que se ha dejado ver en muy contadas ocasiones. FlixOlé estrena en exclusiva una copia restaurada en HD de esta cinta maldita.
La película 'Rojo y negro' tuvo como protagonistas a Ismael Merlo y a Conchita Montenegro, siendo una de las pocas producciones españolas en las que participó la actriz que llegó a compartir cámara junto con Buster Keaton y Ramón Novarro en Hollywood. Ello es solo una muestra de lo inaudito que resultó el largometraje de Carlos Arévalo en el contexto de la cinematografía de nuestro país en los años cuarenta.
Esta obra viene a enriquecer el patrimonio cinematográfico español, con la restauración en HD de todo el metraje, un trabajo que viene desarrollando FlixOlé desde sus inicios. En el enlace al final de la nota se podrá comprobar, con imágenes del antes y el después, cómo se ha mejorado visualmente esta cinta.
La película cuenta los días previos y las primeras contiendas de la Guerra Civil mediante una pareja de novios: ella es falangista y él militante comunista. La cinta no escatimaba críticas al bando republicano, como tampoco a las checas ni a la crueldad de sus carceleros. Sin embargo, al final mostraba el arrepentimiento del militante comunista, en algo parecido a una apuesta por la reconciliación de ambos bandos. Ése era un mensaje que el franquismo no podía permitir.
Otra de las razones que hace única a 'Rojo y negro' es la forma de contar la trama. Carlos Arévalo se atrevió a llevar a la gran pantalla un ambicioso barroquismo visual con escenas convertidas ya en icónicas, como aquella que recorre las habitaciones de la tristemente famosa checa de Fomento. Fragmentos como éste convierten a Rojo y negro en la película más arriesgada, experimental y atrevida de todo el cine de los años cuarenta.
Dichas razones hicieron que, apenas cumplidas unas semanas de su exitoso estreno, la cinta fuese prohibida y sus copias secuestradas. No quedó ni rastro de ella, convirtiéndose en uno de los títulos más buscados por los aficionados. Su director, Carlos Arévalo, uno de los cineastas más prometedores del cine español de la posguerra, fue condenado al ostracismo. Vio cómo sus proyectos recibían cada vez más trabas por parte de la censura y la administración, obligándole a abandonar el cine durante 12 años.
La película pasó a convertirse en un secreto hasta los años noventa, cuando fue recuperada por Filmoteca Española. Consiguió entonces el elogio crítico y académico, y el largometraje se convirtió en un clásico indiscutible, a pesar de su cuestionable carga ideológica. Sin embargo, fuera de proyecciones en filmotecas y centros culturales, la película ha sido vista pocas veces, y a día de hoy sigue siendo poco conocida.
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