20 Octubre 2022. Michel Ocelot y Signe Baumane encabezan la selección de títulos de animación más importante de la historia del Festival de Sevilla.
El cine de animación tendrá en la 19ª edición del Festival de Sevilla un importante protagonismo, en justa correspondencia con la gran vitalidad y la refrescante libertad creativa que desde hace años aporta al panorama cinematográfico internacional. De este modo, nueve títulos, todos ellos estrenos en España, participarán en las distintas secciones del certamen en pie de igualdad con los demás géneros y lenguajes del cine.
Pruebas de ello son, para empezar, las dos películas que competirán por el Giraldillo de Oro de la Sección Oficial. Le pharaon, le sauvage et la princesse, del maestro francés Michel Ocelot, llega a Sevilla tras su paso por el Festival de Annecy, gran cita mundial del cine de animación que en su pasada edición entregó al también autor de Kirikou y la bruja y Dilili en París su Premio Honorario Cristal por sus contribuciones al mundo del arte y la animación, que han inspirado e influido durante décadas a multitud de creadores. En su nuevo trabajo, Ocelot ofrece en un estilizado y evocador 2D una nueva demostración de genio al entonar un emocionante canto a la juventud por medio de tres cuentos en tres eras y tres mundos que tienen, a la vez, el regusto de los grandes fábulas universales y atemporales: en el Antiguo Egipto, un joven rey se convierte en el primer faraón negro en merecer la mano de un ser querido; en la Edad Media, un misterioso niño salvaje roba a los ricos para dárselo a los pobres; y en la Turquía del siglo XVIII, un príncipe y una princesa huyen del palacio para experimentar su amor en libertad. Tres narraciones irresistibles en las que Ocelot reflexiona sobre las relaciones humanas y el derecho de los hijos de rechazar o reescribir el mundo legado por los padres.
Segunda película de la directora letona afincada en Nueva York Signe Baumane tras Piedras en los bolsillos, My love affair with marriage, también presente en el pasado Festival de Annecy, refleja con gran exuberancia visual, mucho sentido del humor y aún más rebeldía su propia educación afectiva en un lugar del mundo tan patriarcal y conservador en las costumbres como la antigua Unión Soviética. Agitando en esta coctelera autobiográfica retazos de musical y divulgación neurocientífica (a Baumane le apasionan los resortes químicos y cerebrales que se ponen en juego cuando sentimos), la autora aborda de manera honesta y divertida cuestiones como la construcción de una identidad propia, las relaciones afectivas tóxicas, las convenciones sociales en torno a los roles de género y el deseo y las expectativas vitales como arma de doble filo, a partir del recuento de sus relaciones no siempre fáciles de tratar, incluida la que mantuvo con un marido que la maltrataba y al que, pese a todo, dio una segunda oportunidad.
La animación en Las Nuevas Olas...
El japonés Haruki Murakami, escritor con millones de lectores y creador de un imaginario propio, ha conocido una buena cantidad de adaptaciones de sus obras a la gran pantalla, entre ellas Tokio Blues (2010), Burning (2018) o la más reciente Drive my car (2021). Su libro de relatos Sauce ciego, mujer dormida es ahora la inspiración del francés Pierre Földes, que en su película recrea esta colección de historias sobre una serie de supervivientes del terremoto-tsunami que sufrió Japón en 2011. Un gato errante, una locuaz rana y una gigantesca ola serán los catalizadores de una profunda transformación existencial para un anodino empleado de banca, su mujer atrapada en la frustración y el tedio y un contable esquizofrénico, en un título que combina la animación con pasajes de acción real y modelados en 3D.
En Nayola, José Miguel Ribeiro exprime las posibilidades expresivas que ofrece la animación para mostrar las heridas sin cerrar de una guerra civil tan cruenta y larga como la que vivió Angola, desde mediados de los años 70 hasta entrado el siglo XXI. El director portugués se acerca para ello a tres mujeres de una misma familia, tres generaciones representadas por una abuela, su hija y su nieta, una joven en permanente estado de rebeldía que intenta ganarse la vida vendiendo CDs piratas de sus temas de rap, mientras trata de no lidiar con las ausencias de su padre y de su madre, desaparecido el primero tras irse a luchar en la guerra, y esfumada también la segunda después de lanzarse a buscar a su marido.
La rumana Anca Damian, figura de gran prestigio en el ámbito de la animación, presenta en The Island una reinterpretación de Robinson Crusoe atravesada por una fantasía desatada, fugas hacia el surrealismo, mucha música, mirada poética y un potente discurso que apela a la necesidad, hoy más que nunca, de políticas ecologistas y humanistas. En este festín para los ojos que invierte los papeles del clásico de Daniel Defoe, el náufrago será un tipo medio loco por su soledad y enganchado al uso compulsivo de su tablet y a la lectura de revistas de cocina, mientras que su particular Viernes, y el encargado de abrirle los ojos ante el vacío espiritual de la opulencia capitalista, será un migrante que aparecerá en la orilla de la playa después de vivir una auténtica odisea llena de peligros y obstáculos.
Los demonios de barro, de Nuno Beato, es una película que combina técnicas de 2D y stop motion. En ella, el director portugués narra la historia de una joven bien asentada en su prometedora carrera profesional pero cansada de la ansiedad de la vida contemporánea y de la frialdad de las relaciones humanas en la gran ciudad, hasta que la repentina muerte de su abuelo abre una inesperada grieta en su callejón sin salida existencial. A su regreso al pueblo donde vivía el hombre, en un lugar perdido en la sierra que comparten el norte de Portugal y el sur de Galicia donde ella pasó sus dichosos días de infancia, la mujer se hará cargo de la casa y el terreno familiar, que para su sorpresa se encuentran en un estado ruinoso, y en el proceso ella misma se enfrentará a algunas cuentas pendientes consigo misma en este cautivador título que pone sobre la mesa debates tan vigentes como el ecologismo, el regreso a las raíces y la saturación mental en la era de la hiperproductividad.
La noruega Kajsa Næss ha firmado en los últimos años una serie de cortometrajes, como Bygningsarbeidere, que la han llevado a brillar en los foros especializados. Titina, su debut en el largo, viene respaldado por la productora de Las trillizas de Belleville y cuenta en la dirección artística y el diseño de producción con responsables de estas labores en gemas como La tortuga roja y La famosa invasión de los osos de Sicilia. La cineasta recurre aquí a la historia real del ingeniero y aviador italiano Umberto Nobile y su inseparable perra Titina, quienes, tras ser contactado el primero por el explorador Roald Amundsen, ya una figura mítica pues para entonces había completado la hazaña de dirigir la primera expedición que alcanzó el Polo Sur, se verán inmersos en una peligrosa aventura junto al héroe noruego: la conquista del Polo Norte a bordo de un dirigible. Næss plasma con brío y un gran poder de evocación las andanzas de este improbable trío que, en su intento de tocar la gloria, descubrirá algunas verdades sobre el triunfo y el fracaso.
Cierra esta nómina de títulos uno que combina acción y personajes reales con técnicas de animación que intervienen en la historia de manera ocasional pero muy orgánica y decisiva para su avance. Se trata de Everybody loves Jeanne, de Céline Davaux, quien antes de dirigir este primer largometraje desarrolló una reconocida trayectoria en la animación, con obras como Almuerzo dominical o Vie et mort de l’Ilustre Grigori Efimotvich Raspoutine. En esta película ya anunciada con anterioridad, la realizadora francesa propone una tierna comedia sobre una mujer que busca reencontrarse a sí misma en una Lisboa alejada de la postal turística.