7 Noviembre 2022. Pietro Marcello y Lola Quivoron, dos miradas a otras ideas de familia en la nueva jornada del festival de Sevilla.
De un oscuro y romántico cuento de hadas –o si se prefiere, de brujas– a una vigorosa exploración del submundo urbano de las pandillas de moteros. Si aún era necesario comprobarlo, la segunda jornada de proyecciones y actividades del Festival de Sevilla ha dejado dos elocuentes ejemplos de la diversidad estilística que convive en su programación. Además, se ha estrenado en España en el marco del certamen 'Saint Omer', debut en la ficción de la documentalista de larga y prestigiosa trayectoria Alice Diop. Candidata de Francia a los Oscar y ganadora del Premio a la Mejor Ópera Prima y del Gran Premio del Jurado en Venecia, esta película que compite en la Sección Oficial se basa en el caso real de una mujer que dejó abandonado a su suerte a su bebé de 15 meses.
Ganador del Giraldillo de Oro en 2019 con su monumental 'Martin Eden', Pietro Marcello es uno de los directores más esperados de esta edición y, más allá del grato recuerdo de que él guarda el público del festival, uno de los grandes cineastas europeos del presente. Si en aquella ocasión se inspiró en el clásico de Jack London, ahora, en este título que compite de nuevo por el primer premio de la Sección Oficial, el italiano acude de nuevo a una fuente literaria para firmar 'Scarlet', una historia de gran belleza visual, lleno de fantasía, poesía, romanticismo y fuerza femenina que se basa en El velero rojo, una nouvelle para niños y soñadores de todas las edades del escritor ruso Alexandr Grin.
“Cuando lo leí, me enamoré de ese relato. Y en particular me llamó la atención la historia del padre, esa relación que mantiene con su hija, que me pareció muy moderna, con esa idea de la familia ampliada. Porque en última instancia esta historia guarda para mí una estrecha relación con Milagro en Milán [la pelicula dirigida por Vittorio de Sica], en el sentido de que ambas tratan sobre un grupo de personas rechazadas por una mayoría y que, pese a todo, son capaces de crear una comunidad donde cobijarse”, ha explicado Pietro Marcello en la rueda de prensa que ha ofrecido en el centro de prensa del hotel Sevilla Center junto a su guionista Maurizio Braucci.
En una nueva muestra más de su afán de reinventarse en cada proyecto, el cineasta amplía ahora sus registros, que han abarcado desde la no ficción de Il passaggio della linea hasta la gran ficción histórica de la citada Martin Eden, pasando por el aliento fabulesco-pasoliniano de 'Bella y perdida'. Ahora, en 'Scarlet' narra la historia de un combatiente de la Primera Guerra Mundial que, tras sobrevivir al infierno bélico, regresa a su pueblo en la Francia rural. Allí descubrirá que la hija que tuvo con el amor de su vida se ha quedado sin madre y ahora vive con una viuda que la acogió en su viejo caserío a cambio de trabajar para ella. Y, para colmo, en el pueblo flota un ambiente extraño, como si todos guardasen con malicia un secreto insoportable.
'Scarlet' es, además, el primer proyecto rodado por Marcello fuera de su país, con un elenco íntegramente francés y en el que figuran Raphäel Thiéry, Juliette Jouan, Noémie Lvovsky y el estelar Louis Garrel. “Yo hice todo lo posible para no rodar una película francesa, pero la película es francesa”, ha bromeado el director, convencido en realidad de que “siempre ha habido muchas similitudes entre el cine italiano y el francés”, por lo que no ha sentido ninguna barrera creativa al no compartir el mismo idioma materno con sus intérpretes.
“Más que del amor, esta historia habla de la utopía”, ha manifestado por su parte Mauricio Braucci. “La adaptación que hemos hecho del cuento de Grin implica también una reflexión sobre cómo ha cambiado la noción de utopía desde los años 20 del pasado siglo a nuestros días, y también sobre cuál es hoy el lugar de las mujeres en el mundo”, ha añadido el guionista de la película. Una película que aborda, entre cantos a la imaginación y a la belleza y la necesidad del viejo espíritu de la artesanía, un asunto clave: la emancipación femenina. Por eso, ha dicho Marcello, “en nuestra historia, al personaje que viene a representar la figura príncipe azul resulta, lo destrozamos”. “Definitivamente, se trata de una película-hembra. Su esencia es femenina y la energía con la que la hemos construido, junto a las actrices, es femenina”, ha concluido el cineasta italiano.
“Transfeminismo” sobre ruedas...
La segunda comparecencia ante la prensa ha tenido como protagonistas a Lola Quivoron y Julie Ledru, directora y protagonista, respectivamente, de 'Rodeo', un film que en Cannes se hizo con el Premio Coup de Coeur de Un Certain Regard, y que también ha tenido su estreno en España en el marco de la Sección Oficial del certamen.
“Empecé a conocer en el ambiente del motocross sobre asfalto hace unos siete años, tras ver un vídeo de una pandilla de moteros que me voló la cabeza”, ha contado Quivoron. “Tras contactar con el líder de esa banda, estuve todo un año en la carretera con ellos. Para mí, esas primeras experiencias fueron como un encuentro amoroso. En el intento de comprender por qué existía esa práctica, cuál era el sentido de esos rodeos motorizados, su fuerza poética y su significado político, me encontré con una pasión contagiosa, casi devoradora. Además, me interesó mucho la idea de la familia alternativa que hay en el fondo de todo ello”, ha explicado Quivoron sobre el origen de este proyecto, su enérgico debut en el largometraje.
En ese mundo semiclandestino de talleres, carreras ilegales y testosterona buscará su sitio en el mundo una joven desclasada que quiere experimentar la emoción de pilotar una máquina de alta cilindrada, hacer acrobacias, sentirse libre, ser ella misma, principalmente, aunque para ello deba enseñar las garras. Cuando Quivoron encontró a Julie Ladru sintió, ha dicho, que se “alineaban los planetas”. Porque después de todo, ha añadido la cineasta, el mundo de las motos no es más que “el lienzo de fondo” para desarrollar su “verdadero tema”, o sea, para trazar el retrato del personaje al que da vida Ladru, “una mujer incandescente, dura, magnética, opaca, descortés, que puede ser guapa pero también deformarse por la violencia” en su intento de afirmar su identidad.
Obras como 'Le Mans' (1971, protagonizada por Steve McQueen), 'Continental Circus' (1972) o 'Rosetta' (1999, de Luc y Jean-Pierre Dardenne), que la directora quiso evocar en su primera secuencia a modo de “cita humilde”, han sido inspiraciones fundamentales de Rodeo. Aunque por encima de cualquier otro referente, ha agregado Quivoron, está Rebelde sin causa (1995, Nicholas Ray). “Esa película fue la primera piedra sobre la que se edificó mi amor por el cine, al que llegué un poco tarde, ya con 17 años. De hecho, para mí el personaje de Julia en Rodeo una James Dean femenina, por su hambre de vida, por su potencia, por su necesidad de sentir que pertenece a algo y por la coraza que se pone para ocultar esa debilidad”, ha afirmado la directora francesa.
La representación de una mujer haciéndose un sitio en un ámbito tradicionalmente reservado a los hombres es también una idea esencial de este título. “Yo soy una mujer, o más bien la sociedad me ve como una mujer, porque yo me siento no binaria –ha declarado al respecto la cineasta–. No me identifico con las normas ni con las representaciones sociales de lo femenino ni de lo masculino. De modo que diría que, al sentirnos mi personaje y yo misma un poco en un cruce, en medio de todas las cosas, la fuerza que mueve la película es transfeminista”.