|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Martin Joubert un panadero parisino, que se ha instalado hace ya algún tiempo en Normandía, descubre que sus nuevos vecinos ingleses se llaman ella Gemma Bovery y el marido Charlie, casi como los personajes originales de la obra decimonónica de Gustave Flaubert, Madame Bovary y se obsesiona en establecer en sus comportamientos un cierto paralelismo entre ellos y los de la novela, pero teme que ella acabe trágicamente como la protagonista, la adúltera Emma, tratando de hacer lo posible por su cuenta para que eso no ocurra.
Martin se deja llevar por la fantasía que transforma su propia realidad, de tranquila vida de panadero, en su hipotético amor por ella que siempre se muestra simpática y encantadora seduciendo sin querer de esa manera a los hombres.
Gemma lo aprecia sin ser consciente de que él está secretamente enamorado de ella, una hermosa mujer que busca paliar la soledad que tiene en su matrimonio, con un marido a quien no ama, hallando el verdadero amor.
El argumento juega constantemente con la realidad y el parecido con la ficción por aquello de que a veces el arte imita a la vida, o la vida imita al arte, mezclando ratos de comedia y otros de drama.
Tiene algo de suspense cuyo protagonista, el panadero, ejerce de una especie de policía investigador que va observando cómo se mueven los personajes e interviene en lo que le es posible en la vida de su objeto de deseo haciendo de alter ego de Flaubert.
Posee escenas de un soterrado erotismo en la forma de Martin de ver a su vecina y en algunos detalles que tiene para con ella, como por ejemplo cuando le enseña a amasar el pan, mientras que en otros momentos siente celos de su relación con otros hombres imaginando encuentros eróticos que tal vez no se producen más que en su cabeza, mientras que otros son reales.
El guion, contado en flash backs a través del diario de Gemma, se basa en la novela gráfica de Posy Simmonds, publicada en 1999, escritora de la que ya se llevó anteriormente al cine de forma aceptable su 'Tamara Drewe' (2010), dirigida por Stephen Frears, con la misma actriz protagonista.
Esta vez se trata de una comedia con una ironía formidable, sobre la que la directora se toma ciertas libertad dentro de la fidelidad del texto, en lo referente principalmente a la intervención de Martin en los hechos, y también suprime parte de la acción que se desarrolla en Londres, así como el carácter muy diferente de Gemma, siendo en este caso más agradable.
Por su parte la fotografía de Christophe Beaucarne refleja muy bien tanto la sensualidad a través de la belleza de Gemma como el marco de la Normandía primaveral en el que se desarrolla la acción que en cierto modo influye en la forma de ser de la chica.
En el trabajo interpretativo destaca la veteranía y buen hacer del carismático Fabrice Luchini que ofrece una mirada ingenua y a la vez enamorada por el personaje de ella, perfectamente encarnado por Gemma Arterton que aporta su belleza y dulzura al papel, actriz que es todo un descubrimiento, reposando en ambos todo el peso de la película.
En la dirección se nota la mano femenina de la directora de 'Limpieza en seco' (1997), Anne Fontaine.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BSO
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
PREMIERE