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CRITICA
Por: PACO CASADO
No es muy frecuente, pero suele ocurrir, que ciertas producciones españolas se ruedan en inglés de cara a la venta al extranjero simulando que no es un producto nuestro, dotándolo de unas características que lo disimulen o bien utilizando actores foráneos.
Lo que nos resulta raro en esta película es que siendo de una productora catalana no se haya filmado en su idioma vernáculo, ahora que tanto defienden y propagan su lengua y en su lugar se haya hecho íntegramente en inglés, aunque rodada totalmente en Martorell (Barcelona) aunque la acción se desarrolla en un territorio entre Texas y México.
Santiago es un veterano sicario y Benny un médico al que se le retiró la licencia por una negligencia, que trabajan para Lucho, el jefe de un cártel del narcotráfico, que deben custodiar a un rehén inusual: Marina, una niña de 10 años hija del jefe del cártel rival, un tal Montero, que a su vez ha secuestrado al hijo de Lucho, de 9 años.
En cualquier momento pueden ordenarles matarla o liberarla, por lo que la chica tratará de encontrar lo que queda de humanidad en sus captores para intentar salvarse.
El portador del paquete es Martin, un sobrino de Lucho, que se queda a vigilar a los otros dos para asegurarse de que cumplen las órdenes.
Thriller español sobre el mundo que rodea al tráfico de drogas, que se desarrolla prácticamente todo en una fábrica abandonada donde se lleva a cabo el secuestro, salvo una escena sexual al comienzo de la relación que establece Santiago con Lyn, una prostituta a la que deja embarazada.
El guion saca partido de la tensión que se establece entre los tres hombres en los que surgen las dudas de la identidad de Martin, de que puede ser un infiltrado de la DEA, que afrontan su último gran dilema moral de acabar con la pequeña Marina, tras haberse enfrentado a horrores inimaginables, cuya decisión supone vivir o morir.
Entre ellos también hay momentos en que la niña toca la fibra sensible cuando si llega el momento han de ejecutarla, algo que aprovecha la chica para llegar al corazón de Benny que parece el más blando de los tres.
Un duro thriller de bajo presupuesto, que nos sumerge en la guerra de los narcotraficantes en la frontera entre México y Estados Unidos, que no ahorra en escenas violentas, que como hemos apuntado se desarrolla en un escenario único y prácticamente con los tres actores protagonistas y Marina, la niña secuestrada y breves intervenciones de poco más de media docena de actores de mera figuración.
No se pretende otra cosa que entretener, ya que se trata de un film de puro consumo, lleno de clichés, con una cuidada factura, para rellenar programaciones de salas o de horas de televisión, correctamente interpretado y dirigido por el catalán Ramón Térmens que hace con éste su tercer largometraje en solitario tras debutar con 'Negro Buenos Aires' (2009) después de trabajar como guionista en Los Angeles, al que siguió la localista 'Catalunya über alles!' (2011), que tan solo llegaron a unos pocos cines, hasta éste 'El mal que hacen los hombres' (2015).
La cinta logra momentos de tensión, interesa su argumento, aunque acaba con una masacre y con salvajes escenas gore de fuerte impacto.
El título está extraído de la obra Julio César, de William Shakespeare: "El mal que hacen los hombres perdura después de ellos, con frecuencia el bien es enterrado con sus huesos."
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