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CRITICA
Por: PACO CASADO
La invasiones sucesivas de rusos y alemanes a Estonia hizo que la Segunda guerra mundial se convirtiera para sus habitantes en un enfrentamiento civil entre hermanos y al acabar la contienda, para colmo, les llegó la dictadura soviética y las deportaciones masivas hasta 1990 con la caída del telón de acero.
Esta película, tras lograr la mayor recaudación de la historia en su país en un fin de semana, estuvo nominada al Oscar 2016 por Estonia en el apartado de habla no inglesa.
En ella se nos cuenta la historia su historia durante los últimos meses del conflicto y cómo el pueblo estonio estuvo dividido entre los que estuvieron obligados a luchar en el bando de los nazis o los que fueron alistados a favor de los soviéticos dependiendo de en qué lugar vivían cuando estalló la guerra.
Una de las cosas que nos aporta este film es que nos explica algo que no conocíamos de esa guerra, cómo sufre un país cuando está sometido por dos potencias enfrentadas, como ocurrió en este caso.
1944 es una sobria e inteligente cinta que trata sobre este hecho histórico, que usa como hilo conductor una carta de un joven estonio alistado en las SS que encuentra otro en la filas del Ejército Rojo.
Karl Tammik en las filas nazis y Jüri Jogi en el Ejército Soviético, ambos representan la tragedia de los dos bandos.
El destino del pueblo estonio se transmite a través de la historia de estos dos personajes.
El actor y director Elmo Nügane, uno de los más reputados de su país, hace su segundo film bélico, que trata el hecho con rigor y ecuanimidad resaltando la solidaridad y la compasión entre otras cualidades de los contendientes, algo que destaca por encima de ideologías atendiendo a las historias personales.
De esta forma recuerda una vez más el sinsentido de la guerra y sobre todo cuando ésta obliga a enfrentarse entre personas del mismo pueblo, convertidos en soldados obligados a combatir en ejércitos diferentes que, como dice uno de ellos, "esta no es nuestra guerra", sino los caprichos de dos dictadores como fueron Hitler y Stalin.
La experiencia del director en esta clase de producciones se demuestra en el manejo de las escenas bélicas, muy bien rodadas, con una ágil cámara en sus movimientos entre las trincheras, combinadas con las reflexiones que hacen los combatientes en los momentos en que no están en combate, sin dejar de lado el dolor que les produce la caída del compañero que tiene a su lado o los ataques a la población civil por los aviones desde el aire cuando huyen de los pueblos en caravanas a través de los caminos.
Frente a esas escenas dolorosas que pone de manifiesto lo peor que el ser humano lleva dentro que hace que se maten unos a otros de forma fría, sin piedad, hay otras enternecedora como la del sacrificio del soldado que arriesga su vida para salvar a una niña pequeña que va a coger su muñeca del ametrallamiento de un avión enemigo.
Hay otros momentos en los que es preciso mentir a una persona de la que un familiar ha caído en combate por evitarle más dolor del que ya de por sí le produce la irreparable pérdida.
Como todas las películas bélicas el guion, que cambia el punto de vista de la narración a la mitad del metraje, se hace a veces algo confuso y más cuando los protagonistas no son actores conocidos a los que identificar fácilmente en el bando en el que combaten.
No obstante el trabajo actoral es bastante interesante, con una puesta en escena bien ambientada, que usa de forma acertada la voz en off, arropada por la banda sonora en todo momento.
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