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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras pasar por la sección a concurso del Festival de cine iberoamericano de Huelva, se estrena ahora en las salas comerciales españolas 'Falling' (2016).
Aslan tiene 24 horas para cambiar la decisión de Alma de dejarlo, con la que tuvo una larga vida en común. La cita en la República Dominicana, donde vivieron sus mejores momentos de un matrimonio que finalmente se complicó demasiado.
La directora madrileña Ana Rodríguez Rosell debutó en el largometraje con 'Buscando a Eimish' (2011) y ahora nos ofrece su segunda película, que prácticamente se desarrolla toda ella entre dos personajes, Alma y Aslan (que significa León en el idioma turco) que comienza como una especie de metáfora en la que un león sale corriendo y su corazón corre más que él dejándole atrás, aludiendo a los dos personajes principales de esta historia, ella una pintora que le ha enseñado el oficio a su marido, que quiere que vuelva tras haberle dejado siete meses atrás y a cambio le cederá su casa que tiene en la ciudad de Berlín, mientras discuten en el restaurante que él tiene en la playa de Las Terrenas en la República Dominicana, para que ella regrese con él tras haber dejado atrás veinte años de su vida en común, pero ya es demasiado tarde para ello.
Es la historia de este matrimonio roto, que poco interesa, aunque Emma Suárez está muy bien en un personaje que resulta un tanto absurdo y no tan bien el que interpreta Birol Ümel, que es un capricho de la directora trabajar con este actor de origen turco al que considera el mejor del mundo, con lo que no estamos en absoluto de acuerdo.
Rodada en español, alemán e inglés Birol Ümel da la sensación de que está aprendiendo idiomas, por lo que su labor resulta nada empática para el espectador.
Este intimista drama romántico habla de la capacidad de cambiar las cosas o al menos de intentarlo, de las segundas oportunidades, de los recuerdos del pasado en común de un amor con momentos agridulces que termina por romperse.
La historia bien se podría representar en un escenario, por los pocos personajes que posee y por tener una ubicación casi única.
Como directora poco trabajo tiene ya que se limita a la actuación de los dos personajes prácticamente, con una constante e innecesaria cámara a mano con la que está rodado todo el film, más preocupada por planificar de manera que se disimule el posible tufillo a tablas.
Afortunadamente su corta duración la hace un poco más llevadera, pero aún así interesa bien poco lo que se nos cuenta.
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