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CRITICA
Por: PACO CASADO
Con las películas sobre fútbol ocurre como con las de toros, que aún no ha salido ninguna que haya llevado al cine este deporte rey en todo el mundo con calidad.
Ha habido documentales, argumentos de ficción, biografías de futbolistas famosos, pero ninguna ha logrado el objetivo que hubiera sido desear.
Ahí están títulos como 'Kubala, los ases buscan la paz' (1954), 'Saeta rubia' (1956), 'Once pares de botas' (1954), 'Los héroes del domingo' (1952), 'Evasión o victoria' (1981), 'El profeta del gol' (1976), 'El camino de San Diego' (2006) o 'Messi' (2014) y ahora nos llega esta biografía de Pelé, uno de los más grandes de la historia de este deporte.
Cuenta la historia de la ascensión del futbolista a la gloria, desde su humilde niñez en las favelas brasileñas hasta ser un prodigio del fútbol, echándose a sus espaldas las esperanzas y sueños de todo un país para llevar a Brasil a ganar en 1958 su primera Copa del Mundo y convirtiéndose así, en el jugador más grande.
Un relato de superación personal en torno a la vida del astro rey del fútbol brasileño, que gracias a sus habilidades y su espíritu inquebrantable, logró dejar la miseria de las calles de su barrio y convertirse en un ídolo mundial.
No deja de ser curioso que sea una producción norteamericana sobre un deporte que no es el más seguido en aquel país.
No es el primer largometraje que se hace sobre Pelé.
Los hermanos Zimbalist, curtidos en el documental, dan paso a su primer largometraje de ficción escribiendo un guion basado en lo que les contó el propio Edson Arante do Nascimento, Pelé, con anécdotas de sus comienzos de origen humilde, sus primeros años como profesional y filman esta historia sobre una de las leyendas del fútbol, todo un símbolo para Brasil, que ha conseguido lo que no logró nadie, el renacer de un estilo y hacer grande al fútbol sudamericano.
Debutó en el Santos antes de los 16 años donde jugó 18 años, fue el jugador más joven en marcar en la final de un mundial, el de Suecia de 1958, con un triplete; ha hecho 1282 goles en 1366 partidos; su última etapa se completó jugando 3 años en el Cosmos americano.
Es el máximo goleador de la selección de Brasil con 77 goles en 91 partidos oficiales, y ganó los mundiales de 1958 en Suecia, 1962 en Chile y 1970 en México para Brasil.
Este palmarés explica que se diga de él que es uno de los mejores de la historia del fútbol brasileño, si no el mejor.
La película comienza en la ciudad natal de Pelé con los niños jugando con una pelota de trapo.
El fútbol en Brasil es más que un juego, es el deporte nacional, es una pasión y así se transmite en el film con un país paralizado tras perder el mundial de 1954, pero él lo cambió todo, desobedeciendo al entrenador Feola, basándose en un estilo a base de regates, con un juego alegre, lo que llamaban la ginga, una evolución de la capoeira que bailaban los esclavos portugueses en Brasil, y logró poner en ridículo la superioridad europea respecto al fútbol sudamericano.
Tiene una buena fotografía con notables secuencias de fútbol y capacidad de concreción sin que el ritmo decaiga en ningún momento.
Los dos actores debutantes que interpretan al astro de niño (Leonardo Lima Carvalho) y de joven (Kevin de Paula) lo hacen muy bien en el campo de forma habilidosa jugando al fútbol.
Es una cinta más que correcta, muy entretenida, sobre todo para los que no conocieran aquella época les interesa mucho más.
Destaca la obsesión del padre por convertirlo en un jugador de primera línea y sobre todo el afán de superación, todo un ejemplo de luchar contra la adversidad del propio futbolista para llegar a ser el mejor, con humildad, esfuerzo y trabajo.
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