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CRITICA
Por: PACO CASADO
En el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva cada año podemos ver alguna muestra de cine chileno, pero no es muy frecuente que posteriormente asomen esas producciones por las salas comerciales españolas, por lo que saludamos tener la ocasión de ver una muestra de ellas en nuestras pantallas con 'Las plantas' (2015) la ópera prima de Roberto Doveris, título que no dice mucho de lo que es el contenido argumental de esta película.
En medio de la responsabilidad de cuidar de Sebastián, su hermano, que se encuentra postrado en cama en estado vegetativo, la hospitalización de su madre, los problemas económicos y el despertar de la sexualidad, Florencia, una joven de 17 años, se obsesiona con las historietas que se ofrecen en unos viejos comics titulados Las plantas, que ha encontrado en un cajón del desván y que busca en los mercadillos de venta de estas publicaciones antiguas que según le cuenta el vendedor se produce la invasión de las almas de las plantas a los cuerpos humanos durante la luna llena.
Pero en realidad el centro de esta historia no es la afición de Florencia por estas publicaciones, sino su despertar sexual del que satisface su curiosidad a través de internet, en compañía de dos de sus compañeros de clase, viendo las imágenes pornográficas que se ofrecen en algunas de sus páginas.
Una vez en la soledad y teniendo que cuidar de su hermano, ante la hospitalización de su madre y la ausencia de su padre, no explicada, se pone en contacto con los protagonistas de esas imágenes, los cita en casa, para que ejecuten en directo las acciones sexuales que ha visto a través de la red.
Estas escenas han hecho que algunos locales comerciales españoles se hayan negado a proyectar esta cinta chilena por lo explícito de esas imágenes que han considerado pornográficas, a pesar de que la censura española le haya otorgado únicamente la calificación de No recomendada para menores de 16 años.
El film se centra en el descubrimiento del erotismo mostrado desde el punto de vista femenino.
El guion tiene esa historia mínima, que es casi una simple anécdota, que la realización no ayuda al espectador a ir conociendo a los personajes que van apareciendo en la pantalla y que va teniendo que averiguar por su cuenta.
La interpretación no tiene nada de especial salvo que la protagonista sea la joven actriz y cantante argentina Violeta Castillo sobre la que recae todo el peso de la historia que además aporta la banda sonora del mismo.
La puesta en escena del director debutante, el chileno Roberto Doveris, proveniente del videoclip, que experimenta con la superposición de la animación gráfica sobre la imagen real, es meramente funcional, llevada a un ritmo lento.
Premio Epicentre el Festival de cine independiente de Buenos Aires 2015. Premio especial del jurado a la mejor cinta y mención especial del jurado joven en la sección Generación 14 plus del Festival de Cine de Berlín. Mejor largometraje de ficción en el Festival de Quito. Participó en la sección oficial de los festivales de Jeonju, Shakalin, Ficvaldivia y Bafici.
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