|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Una familia se dispone a comenzar sus vacaciones de verano y se sube en su nuevo monovolumen por la mañana temprano para evitar los atascos de tráfico de la salida vacacional.
Tom, el padre, está muy orgulloso del coche que se acaba de comprar, ajusta el control electrónico de velocidad para que circule a 130 Kilómetros por hora durante todo el viaje, y en ese momento, en un nuevo enfado por llevar al abuelo con ellos, Julia, su esposa, le pide que dé la vuelta y le deje de nuevo en París con sus hijos, Lison y Noé.
Pero Tom se da cuenta que no puede controlar el vehículo y no encuentra la forma de frenarlo para interrumpir la marcha.
La electrónica no responde, la velocidad se ha bloqueado y todas la maniobras para detener el coche no surten ningún efecto.
Estos hechos provocan una serie de sucesos tan cómicos como trepidantes en una comedia que no despega el pie del acelerador en ningún momento, nunca mejor dicho, ni tampoco pone freno a la comicidad.
El guion confecciona una comedia francesa sobre esta familia que se tropieza con algunos problemillas al inicio de sus vacaciones y lo más sorprendente es que toda la acción se desarrolla en el interior del monovolumen con los cinco componentes del cuadro familiar, el padre, la madre embarazada a punto de dar a luz, la hija y el hijo adolescentes, el abuelo y una chica que éste recoge por el camino que ha quedado olvidada por su despistada madre.
Es extraordinario el partido que se le saca a esta situación sin que se detenga el vehículo en cuestión, a lo que se une la incidencia de una pareja de policías, un gitano al que le ha arrancado la puerta de su coche al adelantarlo a gran velocidad y las conexiones con la jefatura de policía de tráfico cuya oficial al mando se toma con bastante calma lo que está ocurriendo en la carretera, con la problemática de tener que cruzar un puesto de peaje y un gran ataco debido a la salida de vacaciones.
Recuerda de alguna manera a la película norteamericana 'Speed', aunque las circunstancias son muy diferentes, dramáticas en la citada y cómicas en esta que comentamos.
Nicolas Benamou es un director perteneciente a la nueva hornada del cine francés que debutó en el largometraje con 'De l'huile sur le feu' (2011) y del que vimos recientemente su segundo largometraje 'Se nos fue de las manos' (2014), siendo éste el cuarto título de su aún corta filmografía, y segundo suyo que vemos en España, que lleva a tan buen ritmo como la velocidad que alcanzan los protagonistas encerrados en su vehículo en el que las interpretaciones son exageradas, como corresponde a una comedia que pretende hacer reír, especialmente en José García que personifica al desesperado padre de esta loca familia, aportando André Dussollier su veteranía en la incorporación de Ben, el abuelo desastre, causante de casi todas las desgracias que les suceden en este film que auna comedia, acción, humor, tensión y dramatismo al mismo tiempo, con toca clase de gags y momentos delirantes aptos para que lo pase bien toda la familia.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BSO
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
PREMIERE